lunes, 30 de abril de 2012

Elección, día 32


Hoy se cumplen 32 días de campaña, ha pasado un tercio de la misma, y sólo faltan 58 jornadas para que llegue a su fin. La contienda hasta el momento ha resultado plana y poco interesante. Los candidatos y los partidos no se han salido de los cartabones más tradicionales.
El candidato del PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, se mantiene firme y obtiene una preferencia bruta de 40.0 % y aventaja en 18.5 % al segundo lugar (Mitofsky, 25.04.12). Esta diferencia le permite seguir en una estrategia que evade cualquier riesgo, cosa que haría cualquier candidato con esa distancia.
El priísta en ningún momento se ha visto obligado a hacer ajustes o cambios y cada vez está menos abierto a enfrentar situaciones en las que pudiera recibir críticas o se expusiera a cometer errores. Su campaña es de manual y no se ve nada que lo obligue a cambiar. Continúa flotando en un colchón de seguridad.
Josefina Vázquez Mota, la candidata del PAN, tiene una preferencia bruta de 21.5 por ciento. Después de un inicio desafortunado y lleno de contratiempos se vio obligada a realizar cambios en su equipo y también a corregir la estrategia. Ahora se ve más relajada y segura que al inicio y también han mejorado sus eventos.
La panista, con todo, ha perdido algunos puntos con relación al mes anterior y los cambios que ha hecho no han sido suficientes, por lo menos hasta ahora, para, primero, evitar su caída y, después, elevar su intención de voto. Ella, su equipo y partido, al mes de campaña, están obligados a hacer cosas distintas para meterse en la contienda.
El candidato del PRD-PT-MC, Andrés Manuel López Obrador, cuenta con una preferencia bruta de 18.0 por ciento. La estrategia de campaña con la que inició se mantiene hasta el momento. Se le quiere hacer pasar como un hombre pacífico y capaz de reconocer los errores que haya podido cometer en el pasado cuando se le tachó de rijoso e intransigente.
Su imagen ha mejorado y en la relación entre las opiniones negativas y positivas ahora dominan estas últimas. La nueva imagen, con todo, no le ha permitido elevar su intención de voto. Se conserva en el tercer lugar y su acercamiento al segundo no se da porque crezca sino por los votos perdidos por la candidata panista.
La campaña, a pesar del esfuerzo y los gastos, hasta ahora no ha contado. Los candidatos se mantienen en la posición de arranque y conservan más o menos la misma intención de voto. Todo indica que en una campaña de 90 días la victoria se finca antes de que ésta arranque. Eso sería un dato nuevo. En la del 2000 y el 2006 perdieron los que entraron ganando.
La imagen de Peña Nieto se construyó a lo largo de seis años como Gobernador del Estado de México, con las posibilidades financieras y mediáticas que eso le dio, mientras que López Obrador ya no tenía cargo y Vázquez Mota pasó por dos secretarías y una diputación, que no ofrecen posibilidad de estar en la memoria de los electores. En los próximos 58 días se verá si es posible revertir esta situación.

"El imperio eres tú"


Javier Moro
Editorial Planeta
México, 2011
pp. 553

La historia de la monarquía portuguesa en Brasil y la constitución de la casa reinante en los territorios coloniales y después como país independiente. El rey Juan VI, de la casa Braganza, casado con Carlota Josefina, hermana de Fernando VII, rey de España de la casa Borbón, abandona Portugal el 26 de noviembre de 1806. La corte en pleno se traslada a Brasil huyendo de la invasión napoleónica a la península Ibérica.
El rey Juan VI permanece en Brasil hasta 1821 cuando  después de 14 años regresa a instalarse en Lisboa a donde arriba el 4 de julio de ese mismo año. Pedro, el hijo mayor del rey, contrae matrimonio con Leopoldina, de la casa de Habsburgo, hija de Francisco II, el emperador del imperio austro-húngaro, en noviembre de 1817. Del matrimonio nacen: María de la Gloria (1819-1853), futura reina de Portugal; Miguel (1820); Juan Carlos (1821-1822); Juana María (1822-1901); Paula Mariana (1823-1833); Francisca (1824-1898) y Pedro de Alcántara (1825-1891), futuro Emperador del Brasil, con el nombre de Pedro II.
A partir de Leopoldina, el autor describe el papel de las mujeres de la nobleza, que todavía en el siglo XIX consistía en tres grandes tareas: casarse con otro noble y abandonar la casa paterna desde muy joven; aguantar y someterse, sin más, a su marido; garantizar la sucesión dando hijos sin parar. Leopoldina muere en 1826 y su vida raya en la tragedia. Pedro I se casa de nuevo con la princesa Amelia de Beauharnais (1812-1873) en octubre de 1929. Del matrimonio nace María Amelia (1831-1853).
La obra permite conocer la problemática del rey que se ve en la necesidad de gestionar un gobierno independiente a Portugal. Al principio Pedro I permanece como regente, pero para hacer frente a los reclamos de los nacionalistas “rompe” con la casa reinante de Portugal y declara la independencia de Brasil el 7 de septiembre de 1822. El 12 de octubre de ese mismo año es proclamado emperador y coronado formalmente el primero de diciembre.
Los ideales liberales de Pedro I pronto quedan en el olvido y hace aprobar una Constitución, proclamada el 24 de febrero de 1824, que le otorga poderes casi absolutos. El emperador se enfrenta a intentos separatistas, que logra controlar, pero es incapaz de evitar la declaración de la independencia, en 1825, de la  Provincia Cisplatina (hoy Uruguay), que había sido anexada a Brasil en 1821.
Pedro I, a la muerte de su padre, decide sucederle  como rey de Portugal, pero frente a la amenaza que representan los seguidores de su hermano Miguel, abdica el 12 de mayo de 1826 a favor de su hija, María II, que deberá casarse con su tío Miguel. En ese entonces María tiene siete años. En medio del desprestigio personal y una crisis económica y política Pedro I, para salvar la monarquía, abdica como emperador de Brasil, a favor de su hijo Pedro II, el 7 de abril de 1831.
De regreso a Portugal se enfrenta a su hermano Miguel que había usurpado el trono. En 1834 lo derrota y el trono vuelve a manos de María II, su hija. En 1834, a los 35 años, Pedro I muere en Lisboa, a causa de una tuberculosis en Queluz, el palacio donde había nacido. Pedro II, el hijo de Pedro I, es derrocado en 1888 y se declara la república. Se exilia en Francia donde muere en diciembre de 1891.
El “retrato” que el autor hace de Leopoldina, la culta princesa europea, y de Domitila de Castro, la amante brasileña de Pedro I, resultan atractivos. Son expresión de dos mundos culturales distintos. Lo es también el retrato de Noémie, la joven francesa con la que vive su primer amor. Es muy interesante la figura de José Bonifacio, el inteligente y culto mentor de Pedro, amigo de Leopoldina y ministro del rey, que después será apartado de la corte. Un personaje peculiar, nunca de primer orden pero siempre presente, es Chalaza, el amigo personal del rey que lo acompaña a lo largo de su vida.
El autor al final del texto escribe una nota: “Los acontecimientos aquí narrados han existido realmente. Los personajes, las situaciones y el marco histórico son reales, y su reflejo fruto de una investigación exhaustiva. He dramatizado escenas y recreado diálogos sobre la base de mi propia interpretación para contar por dentro lo que los historiadores han contado desde fuera” (p.548). La lectura de la novela, que abunda en la historia familiar, pero también en fechas, descripciones de revueltas y discusiones en el parlamento, deja esa sensación. Me quedo con la idea que es una novela, pero que está muy bien documentada en textos y documentos históricos. En la bibliografía se ofrecen 55 títulos sobre la historia de la monarquía brasileña a los que recurrió el autor, para escribir la obra. (La novela es Premio Planeta 2011)

saludos,
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viernes, 27 de abril de 2012

Fin a la guerra: Fox


Las declaraciones y puntos de vista del Presidente Vicente Fox (2000-2006) siempre resultan polémicos y provocan todo tipo de reacciones, pero nunca son indiferentes a los medios y a la sociedad. En la pasada VI Cumbre de las Américas hizo llegar a los líderes ahí presentes el mensaje “Basta de guerra, alcancemos la paz”.
El texto manifiesta que “es un imperativo acabar con la guerra y alcanzar la paz”. Desde hace dos años que Fox ha insistido de manera pública, mediante declaraciones y artículos, en la necesidad de abandonar la lógica de la “guerra” en la lucha al narcotráfico y también se ha pronunciado por la legalización de las drogas como lo han hecho otros que también fueron presidentes en América Latina.
En el comunicado insiste en la necesidad de cambiar de paradigma, para terminar con la prohibición de las drogas y “pasar a un régimen con leyes” que con reglamentos ordene y regule su consumo, como ocurre con el alcohol y el tabaco, en el entendido que “la persona en el ejercicio de su libertad debe hacerse responsable de sus actos” y “el Estado debe garantizar su seguridad”.
Fox insiste, ya lo había dicho en otras ocasiones, que “la guerra se da en nuestros países”, pero que Estados Unidos es el gran consumidor y de ahí también provienen las armas de los narcos. En su visión se debe “separar violencia y crimen” del tema de la salud como ya lo han planteado muchos especialistas y otros países, incluido Estados Unidos, que siempre mantienen un doble discurso. Los exorbitantes montos de recursos que hoy se utilizan en la guerra “deben emplearse en educación y desarrollo”, dice Fox, y que abatir la violencia requiere de un cambio de estrategia que exige, entre otras cosas, la “aplicación rigurosa de la ley” y los métodos policiacos profesionales en el marco de una “seguridad democrática” que garantice a los ciudadanos “el pleno respeto de los derechos humanos y debido proceso jurídico”.
Me consta que desde los primeros meses del actual gobierno, en marzo del 2007, Fox planteó al presidente Felipe Calderón buena parte de las ideas aquí expuestas. Él vio, al anuncio de la estrategia de la “guerra” adoptada por Calderón, que no era la decisión correcta y previó lo que iba a ocurrir. El nuevo Presidente, está a la vista, no escuchó los razonamientos de su antecesor.
De los escasos acuerdos de la VI Cumbre, se pide a la Organización de Estados Americanos (OEA) que analice la estrategia prohibicionista y punitiva, que para muchos ha probado su fracaso, y busque alternativas que resulten mejor para hacer frente, reduciendo al máximo la violencia y los muertos, al problema de la producción, trasiego, distribución y consumo de las drogas. El mensaje de Fox camina en esa dirección.
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martes, 24 de abril de 2012

Suu Kyi, Nobel de la Paz

El pasado primero de abril fue electa como parlamentaria de Myanmar (antes Birmania), la líder opositora y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi (66). Ella ha luchado, por más de tres décadas, contra la dictadura militar de su país que detenta el poder desde 1962, hace ya 50 años.
La Junta Militar, como parte de las reformas exigidas por la comunidad internacional, realizó elecciones en noviembre de 2010, estaban suspendidas desde 1990, y surge así un “gobierno civil”, que se sabe está controlado por los militares.
En esta ocasión se elegían a 45 parlamentarios, de la cámara baja y alta, para sustituir las vacantes de quienes se han incorporado a cargos en el gobierno. En un hecho sin precedente 40 de los puestos los gana la Liga Nacional para la Democracia (NLD), el partido de Suu Kyi.
Una de esas posiciones es para esta mujer, pequeña y delgada, de voluntad invencible que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1991, por su lucha pacífica a favor de la democracia y el fin de la sistemática violación de los derechos humanos por la dictadura militar.
Las elecciones de 1990 las ganó abrumadoramente el NLD (siglas de la Liga en inglés), pero no fueron reconocidas por los militares. Ella no participó porque estaba en arresto domiciliario situación en la que vivió por más de 20 años. Fue liberada después de las elecciones de 2010.
El gobierno se puede ver favorecido y también ganar cierto prestigio con el ingreso de Suu Kyi al Parlamento. El mensaje que estaría mandando es que está dispuesto a seguir con el proceso de “apertura”. La oposición, en todo caso, sólo representa una pequeña minoría en la Cámara baja.
Un general retirado, Thein Sein, quien ganó la presidencia en la elección de 2010, ha hecho algunos cambios, como la liberación de cientos de presos políticos, pero todavía no han sido suficientes para que la comunidad internacional levante sus sanciones al gobierno.
Las próximas elecciones presidenciales serán en 2015 y en ellas, de seguir la apertura, el NLD podría jugar un papel relevante. Los funcionarios de Naciones Unidas y analistas que siguen los acontecimientos en Myanmar hablan de que esta elección resulta “crucial en la historia” del país. Habrá que ver.

Fin a la guerra: Fox

Las declaraciones y puntos de vista del Presidente Vicente Fox (2000-2006) siempre resultan polémicos y provocan todo tipo de reacciones, pero nunca son indiferentes a los medios y a la sociedad. En la pasada VI Cumbre de las Américas hizo llegar a los líderes ahí presentes el mensaje “Basta de guerra, alcancemos la paz”.
El texto manifiesta que “es un imperativo acabar con la guerra y alcanzar la paz”. Desde hace dos años que Fox ha insistido de manera pública, mediante declaraciones y artículos, en la necesidad de abandonar la lógica de la “guerra” en la lucha al narcotráfico y también se ha pronunciado por la legalización de las drogas como lo han hecho otros que también fueron presidentes en América Latina.
En el comunicado insiste en la necesidad de cambiar de paradigma, para terminar con la prohibición de las drogas y “pasar a un régimen con leyes” que con reglamentos ordene y regule su consumo, como ocurre con el alcohol y el tabaco, en el entendido que “la persona en el ejercicio de su libertad debe hacerse responsable de sus actos” y “el Estado debe garantizar su seguridad”.
Fox insiste, ya lo había dicho en otras ocasiones, que “la guerra se da en nuestros países”, pero que Estados Unidos es el gran consumidor y de ahí también provienen las armas de los narcos. En su visión se debe “separar violencia y crimen” del tema de la salud como ya lo han planteado muchos especialistas y otros países, incluido Estados Unidos, que siempre mantienen un doble discurso. Los exorbitantes montos de recursos que hoy se utilizan en la guerra “deben emplearse en educación y desarrollo”, dice Fox, y que abatir la violencia requiere de un cambio de estrategia que exige, entre otras cosas, la “aplicación rigurosa de la ley” y los métodos policiacos profesionales en el marco de una “seguridad democrática” que garantice a los ciudadanos “el pleno respeto de los derechos humanos y debido proceso jurídico”.
Me consta que desde los primeros meses del actual gobierno, en marzo del 2007, Fox planteó al presidente Felipe Calderón buena parte de las ideas aquí expuestas. Él vio, al anuncio de la estrategia de la “guerra” adoptada por Calderón, que no era la decisión correcta y previó lo que iba a ocurrir. El nuevo Presidente, está a la vista, no escuchó los razonamientos de su antecesor.
De los escasos acuerdos de la VI Cumbre, se pide a la Organización de Estados Americanos (OEA) que analice la estrategia prohibicionista y punitiva, que para muchos ha probado su fracaso, y busque alternativas que resulten mejor para hacer frente, reduciendo al máximo la violencia y los muertos, al problema de la producción, trasiego, distribución y consumo de las drogas. El mensaje de Fox camina en esa dirección.
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lunes, 23 de abril de 2012

Fin a la guerra: Fox

Las declaraciones y puntos de vista del Presidente Vicente Fox (2000-2006) siempre resultan polémicos y provocan todo tipo de reacciones, pero nunca son indiferentes a los medios y a la sociedad. En la pasada VI Cumbre de las Américas hizo llegar a los líderes ahí presentes el mensaje “Basta de guerra, alcancemos la paz”.
El texto manifiesta que “es un imperativo acabar con la guerra y alcanzar la paz”. Desde hace dos años que Fox ha insistido de manera pública, mediante declaraciones y artículos, en la necesidad de abandonar la lógica de la “guerra” en la lucha al narcotráfico y también se ha pronunciado por la legalización de las drogas como lo han hecho otros que también fueron presidentes en América Latina.
En el comunicado insiste en la necesidad de cambiar de paradigma, para terminar con la prohibición de las drogas y “pasar a un régimen con leyes” que con reglamentos ordene y regule su consumo, como ocurre con el alcohol y el tabaco, en el entendido que “la persona en el ejercicio de su libertad debe hacerse responsable de sus actos” y “el Estado debe garantizar su seguridad”.
Fox insiste, ya lo había dicho en otras ocasiones, que “la guerra se da en nuestros países”, pero que Estados Unidos es el gran consumidor y de ahí también provienen las armas de los narcos. En su visión se debe “separar violencia y crimen” del tema de la salud como ya lo han planteado muchos especialistas y otros países, incluido Estados Unidos, que siempre mantienen un doble discurso. Los exorbitantes montos de recursos que hoy se utilizan en la guerra “deben emplearse en educación y desarrollo”, dice Fox, y que abatir la violencia requiere de un cambio de estrategia que exige, entre otras cosas, la “aplicación rigurosa de la ley” y los métodos policiacos profesionales en el marco de una “seguridad democrática” que garantice a los ciudadanos “el pleno respeto de los derechos humanos y debido proceso jurídico”.
Me consta que desde los primeros meses del actual gobierno, en marzo del 2007, Fox planteó al presidente Felipe Calderón buena parte de las ideas aquí expuestas. Él vio, al anuncio de la estrategia de la “guerra” adoptada por Calderón, que no era la decisión correcta y previó lo que iba a ocurrir. El nuevo Presidente, está a la vista, no escuchó los razonamientos de su antecesor.
De los escasos acuerdos de la VI Cumbre, se pide a la Organización de Estados Americanos (OEA) que analice la estrategia prohibicionista y punitiva, que para muchos ha probado su fracaso, y busque alternativas que resulten mejor para hacer frente, reduciendo al máximo la violencia y los muertos, al problema de la producción, trasiego, distribución y consumo de las drogas. El mensaje de Fox camina en esa dirección.

viernes, 20 de abril de 2012

La expulsión

El autor -que fue jesuita- narra en una síntesis coherente el problema institucional y el drama personal de quienes fueron obligados a salir de la Nueva España y vivir en los estados pontificios cuando la expulsión de los jesuitas de los territorios de la corona española en 1767 y la posterior supresión de la Compañía de Jesús en 1773.
Enríquez desarrolla como tesis central que los jesuitas expulsados, desde el destierro, alimentan la idea de una identidad nacional; la de ser mexicano, un país que todavía no existe. Los mejores pensadores novohispanos del XVIII son buena parte de esos jesuitas desterrados: Clavijero, Maneiro, Alegre, Landivar. En el texto todos están presentes.
La construcción del libreto era difícil y Enríquez resuelve bien la secuencia y unidad a partir de la vida del padre José Ignacio Amaya, jesuita zacatecano, que vive la expulsión, estudia teología y se ordena en Roma. Se le destina a Rusia, donde Catalina II, La Grande, se ha negado a suprimir a los jesuitas. Ahí permanece hasta que con la restauración regresa a México en 1816.
La figura del padre Amaya ofrece a Enríquez la posibilidad de articular la expulsión (1767), la supresión (1773) y la restauración (1814) de la Compañía y en particular de la Provincia Mexicana. Le permite también que aparezcan Clavijero, Alegre y  Maneiro, que hablan con Amaya, el joven jesuita, sobre la patria y el futuro de ella, de la Compañía y la Provincia Mexicana.
El ritmo del texto, a partir de un lenguaje directo y claro, avanza vertiginosamente, con la fuerza de una cascada. La obra va de menos a más, siempre in crecendo, y nunca decae. Enríquez imprime una fuerza dramática creíble que se sostiene sin melodrama. La nostalgia de la tierra que nunca más se volverá a ver corre por todos los personajes. Es un dolor verdadero. La escena de Clavijero platicando con José Ignacio es síntesis de sentimientos, dolores y esperanzas.
El prólogo es Enrique González Torres, S.J. y la introducción de Alberto Ruy-Sánchez.

martes, 17 de abril de 2012

Los ciudadanos y la elección

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lunes, 16 de abril de 2012

Elección: día 18

Han pasado 18 días de campaña y faltan 72 días para que termine. Las posiciones de quienes participan en la contienda no se mueven y tampoco se han dado variaciones relevantes en los porcentajes de intención del voto que tienen los candidatos.
Las encuestas registran dos tipos de votación: la intención efectiva que se obtiene al eliminar a quien contesta que todavía no se decide o no votará y la intención bruta, que contempla todas las respuestas. La evidencia indica que la intención efectiva tiende a inflar los datos y resulta menos precisa que la bruta.
Por ser más precisos, tomamos sólo los datos de la intención bruta que ofrece la mayoría de las empresas encuestadoras, que rondan en 40% para Peña Nieto; 26%, para Vázquez Mota; 18%, para López Obrador, y 1.7%, para Quadri.
La distancia entre el primero y el segundo lugar es de 14% y entre el segundo y el tercero, de 8 por ciento. Los encuestólogos con los que he platicado me dicen que estos números reflejan de manera más cercana la realidad.
En cualquier caso, Vázquez Mota está lejos del primer lugar y todavía más, López Obrador. En la elección del 2000 y en la del 2006, que fueron de 180 días, hacia la mitad de la campaña quienes iniciaron perdiendo alcanzaron a quien iba ganando, para terminar triunfando.
En esta ocasión, la mitad de la campaña estaría en el día 45 y para esa fecha faltan 27 días. Hasta el momento y tal como están estructuradas las campañas de Vázquez Mota, el claro segundo lugar, y López Obrador, el firme tercero, no se ve cómo puedan reducir la desventaja con el primero.
En la política, como en los deportes, nada es seguro hasta que la competencia haya terminado, pero también, que no se pueden esperar milagros. Los resultados dependen de la estrategia adoptada y de los "jugadores" que se tienen, para el caso éstos y no otros candidatos.
La posibilidad de que Peña Nieto pierda puntos por cometer grandes errores en el marco de la estrategia elegida no se ve que pueda ocurrir y que crezcan Vázquez Mota y López Obrador exigen que articulen aciertos que ahora se exigen espectaculares, lo que tampoco se vislumbra.
Es común que los equipos de campaña recurran al tracking o encuesta de seguimiento diario de la intención del voto en las últimas semanas de la contienda pero nunca se había dado que un medio, como ahora lo hace el periódico Milenio, ofreciera esos resultados.
Ese tracking se ha instalado como un referente en la discusión diaria y, para tener una mejor lectura de la información que arroja, habría que privilegiar la intención bruta y no la efectiva. Ese instrumento permite ahora tener datos que antes estaban solo reservado a los candidatos y sus equipos de campaña.

jueves, 12 de abril de 2012

"Elecciones y narcotráfico"

Percepción y realidad:
El gobierno federal, en particular el presidente Felipe Calderón, y buena parte de los medios de comunicación, plantean con frecuencia que el narco puede penetrar o ha penetrado los procesos electorales. Las afirmaciones se hacen sin datos pero se dan por buenas y se crea un clima que hace pasar lo dicho como si fuera realidad.
De manera puntual cada vez que se realizan elecciones en alguno de los estados, en especial en aquellos donde es más evidente la presencia del narco, se afirma que en las campañas habrá o hay recursos de éste, que se presentarán problemas en el proceso y también que el día de las elecciones los electores no saldrán a votar.
Existen hechos de violencia como el asesinato del candidato del PRI en Tamaulipas que se dice fue del narco, pero sin presentar pruebas contundentes. El presidente Calderón en la pasada elección de gobernador en Michoacán donde perdió su hermana, aseguró que había intervenido el narco para favorecer al PRI, pero no dio pruebas y tampoco pidió la anulación de la elección.
Se ha vuelto “políticamente correcto” dar por bueno que el narco interviene en los proceso electorales y se considera “políticamente incorrecto” decir lo contrario. Aquí se ofrecen datos, a partir del resultado de los procesos electorales estatales, que desmienten o matizan esas afirmaciones.
Elección en los estados
Los resultados de las elecciones a gobernador en los estados con mayor presencia del narco y la violencia desmienten que los electores atemorizados hayan decidido no votar el día de la elección. En cinco estados con estas características, y a pesar de lo dicho por políticos y difundido por la prensa, la participación electoral superó las tasas históricas, en uno mantuvo los niveles anteriores y en dos bajó.
En Baja California durante la elección de 2007 votó el 40.6% del padrón frente al 36.6% en 2001. Un aumento del 4%. En 2009, Nuevo León tuvo una votación del 54.6% que superó al 53.94% de 2003. El crecimiento fue del 0.66%. En Sinaloa votó el 58.20% en 2010 contra el 55.21% de 2004. El crecimiento fue de 2.99%. Ese mismo año en Tamaulipas votó el 57.57% contra el 51.76% de la elección en 2004. Un aumento de 5.81%. En Michoacán votó el 54.29% en 2011 contra el 48.6% de 2007. La diferencia fue de 5.69%.
En julio de 2009 la participación en Sonora se mantuvo y fue del 54.09% del padrón cuando en 2003 llegó al 53.29%. Una diferencia de 0.80%. La votación baja en Chihuahua donde en 2010 alcanzó el 41.41% frente al 44.2% de 2004. La diferencia fue de 2.79%. Lo hace también en Guerrero cuando votó el 44.98% en 2010 frente al 52.8% de la elección de 2005. Hay explicaciones diversas para dar cuenta de esta baja y no puede atribuirse necesariamente sólo a la acción del narco.
Los números desmienten discursos y cobertura mediática que aseguraban que la ciudadanía no saldría a votar temerosa de la violencia. La gente votó y los narcos no impidieron la realización de las elecciones. En los procesos electorales de estos estados, salvo incidentes menores que ocurren en cualquier elección, no se presentó nada grave y las autoridades electorales pudieron dar resultados la misma noche de la elección.
Así ocurrió en Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León y Guerrero. En el caso de Michoacán se anuló la votación de la alcaldía de Morelia, pero no por eventos relacionados con la participación del narco. No se puede sostener tampoco que en esos estados aquellos favorecieron a un partido en particular. El PAN fue victorioso en Baja California, Sonora y en alianza de Sinaloa; el PRI en Nuevo León, Chihuahua, Tamaulipas y Michoacán. El PRD ganó Guerrero. 
El PAN refrendó la victoria en Baja California y derrotó por primera vez al PRI en Sonora y Sinaloa. El PRI mantuvo Nuevo León, Tamaulipas y Chihuahua y derrotó al PRD en Michoacán. El PRD conservó Guerrero. La permanencia del PAN, PRI y PRD en unos estados y la alternancia en otros donde pierde el PRI y el PRD no señalan ningún patrón que indique el narcotráfico tiene “acuerdos” con algún partido para asegurar su victoria. No hay nada que permita hacer tal afirmación.
Elección federal
El presidente Calderón en repetidas ocasiones ha planteado que el narcotráfico puede intervenir en el proceso electoral federal y también lo ha dicho el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, pero igual ambos han reconocido la fortaleza de las instituciones y garantizado que la elección ocurrirá sin problemas. El discurso del gobierno federal es difícil de entender y resulta contradictorio ya que por un lado parece dar por segura la acción del narco, pero también la desmiente.
La posibilidad de la intervención del narco sería más factible en los estados donde tiene mayor presencia. La evidencia indica que no existe tal en las elecciones de esos estados y si la hay no resulta determinante en el conjunto del proceso. La posibilidad de influir en la elección federal es todavía más difícil. El padrón es de 78 millones y se espera que pueda votar el 70% del mismo, que serían poco más de 54 millones. La posible influencia en esos márgenes es muy menor.
El comportamiento de las elecciones estatales permite suponer, con un alto nivel de probabilidad, que no habrá intervención del narco en el proceso federal y que si esta se da, habrá que probarla, será muy marginal y no influirá en el resultado de la elección. Más allá de los discursos no es evidente qué ganaría el narco al meterse al proceso donde, por otro lado, sus recursos serían escasos comparados a los que destina el Estado. 
Los medios de comunicación
Algunos medios (periódicos, radio, televisión), ante la posible participación del narco en las elecciones, asumen de manera acrítica lo planteado por ciertos políticos, incluido el Presidente de la República, y se convierten, sin quererlo, en su caja de resonancia y parte de su proyecto político. La actitud de los medios tiene que ser la de cuestionar a los políticos y exigir pruebas de sus afirmaciones.
Ciertos medios, también editorialistas y comentaristas aseguran, sin probar, que el narcotráfico está metido en las campañas. La gran mayoría de las veces son sólo especulaciones. Se inscriben en un tipo de periodismo sensacionalista, que resulta un género lamentable, pero existe y tiene público. Hay medios, periodistas y audiencias que se identifican con esas formas. El conocer la realidad no les resulta relevante y prefieren vivir en y de la ficción.
Conclusión
Las afirmaciones de ciertos políticos, funcionarios, medios y comentaristas sobre la intervención del narcotráfico en las campañas se hacen sin pruebas. La intención de los medios tiene que ver con construir una realidad más “atractiva” y “aparatosa” que resulta aún peor que la realidad y se hace para “vender” más. Eso no impide la existencia de intereses menos visibles.
La postura de algunos políticos resulta también especulativa al no dar prueba alguna de lo que afirman. Es posible que las tengan, pero lo cierto es que no las dan a conocer. Las más de las veces sus afirmaciones resultan gratuitas y es común que al ser cuestionados no se sostengan en lo dicho o no vuelvan a hacer referencia al tema.
La intención de estos políticos al hacer estas afirmaciones no siempre es clara porque en ocasiones ellos mismos, con lo dicho, se hacen daño y también a su gobierno. La realidad parece señalar que si lo que se pretende es golpear o denostar a los opositores no se logra el cometido e incluso puede resultarles contraproducente.


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miércoles, 11 de abril de 2012

¿Fin a la discusión de l TLC entre México y Brasil?

La incapacidad del gobierno brasileño de sostener su palabra en los
términos del compromiso inicial del Acuerdo de Complementación
Económica (ACE) 55 (comercio automotriz) firmado con México, plantea
dudas sobre la conveniencia de establecer acuerdos con un país que no
respeta sus compromisos.

El incumplimiento es una mala noticia para Brasil, para México y de
manera particular para América Latina. La posibilidad de concertar un
Tratado de Libre Comercio (TLC) entre las dos economías más grandes de
la región traería beneficios para todos los países.

La decisión brasileña aleja la posibilidad de una discusión seria y
responsable sobre el TLC que beneficiaría a Brasil, a México y al
conjunto de la región. El incumplimiento de la palabra empeñada da la
razón a los empresarios mexicanos que se niegan a la posibilidad de
concertar un TLC entre los dos países.

El gobierno brasileño no se ha podido sostener como un actor global en
la competencia propia del comercio internacional, sino como uno que se
refugia, cuando no es capaz de competir, en medidas proteccionistas que
pretenden esconder su falta de productividad, que desde ya le está
haciendo daño.

La falta de seriedad brasileña de cumplir un acuerdo, violenta
también su compromiso en el G-20 de no adoptar medidas proteccionistas,
no debe provocar que México deje de lado la posibilidad de establecer
un TLC con Brasil. Las autoridades mexicanas tienen que seguir
insistiendo en esa posibilidad.

El comercio bilateral creció 400% en los últimos 10 años, al pasar
de 2,500 millones de dólares a 9,500 millones de dólares en el 2011.

El déficit en esos años fue para México, que entendió que debía
pagar un costo por entrar a ese mercado y elevar sus niveles de
competitividad.

En el 2011, el déficit de la balanza comercial fue para Brasil, con
sólo 330 millones de dólares, cuando para México en el 2006 alcanzó
los 4,400 millones de dólares, el año más alto. En el 2011, el
comercio automotriz arrojó un superávit para México de 1,800 millones
de dólares, pero se compensó con la compra en otras áreas.

La relación comercial entre los dos países no debe verse a partir de
este lamentable hecho, sino de las posibilidades que ofrece la
interacción creciente de estas dos grandes economías, que juntas suman
ya unos 3 billones 400,000 millones de dólares. Su asociación daría
un nuevo impulso a América Latina.

Si los brasileños por razones coyunturales -su déficit automotriz se
origina en problemas de competitividad que debe resolver- se desdicen de
un acuerdo, la posición del gobierno mexicano debe ser ver al futuro y
seguir insistiendo en su intención de llegar a la firma de un TLC. La
visión de México debe ser amplia y de largo plazo.

El secretario de Economía de México, Bruno Ferrari, ha dicho, tiene
razón, que ahora no están dadas las condiciones para discutir la
posibilidad de un acuerdo comercial entre las dos economías más
grandes de la región, que juntas representan 70 % de la misma. Es, sin
duda, un tema prioritario que debe asumir el próximo gobierno.

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martes, 10 de abril de 2012

El aparato ciudadano en la elección

El Instituto Federal Electoral (IFE) capacitó para esta elección a un
millón 35 mil 355 ciudadanos, quienes se harán cargo de las 145 mil
256 casillas que se van a instalar el 1 de julio y en las que
potencialmente podrán votar 78 millones 600 mil electores.

La responsabilidad el día de la elección está en manos de los
ciudadanos que son quienes instalan las casillas y cuentan los votos.
Están coordinados por el IFE, pero ellos son los que dan garantía de
que el proceso de lleva a cabo de manera trasparente y creíble.

Van a ser 591 mil 620, los ciudadanos, previamente capacitados, que el
próximo 1 de julio van a integrar las mesas directivas de las casillas
instaladas en las 66 mil 740 secciones electorales del país. Se dice
pronto pero implica un gran esfuerzo del IFE y también de los
ciudadanos.

Es común que se deje de lado el carácter ciudadano de la estructura
electoral que existe en el país, pero son ellos, no los funcionarios
electorales, los que el día de la contienda se hacen cargo del proceso.
La garantía del mismo está en su capacidad, conciencia y compromiso.

La evidencia señala que los ciudadanos han cumplido de manera puntual
con su responsabilidad en las últimas cinco elecciones federales, dos
de ellas presidenciales, y en esta elección queda claro, todo lo
indica, que sucederá lo mismo.

Lo mejor del diseño de la estructura electoral del país es que el
momento crucial descanse en la responsabilidad de la ciudadanía,
coordinada por el IFE y supervisada por los representantes de los
partidos en las mesas de casilla.

A partir de los datos duros, no de los discursos parciales y las
descalificaciones intencionadas, se puede demostrar que la ciudadanía
cumplió bien y puntualmente con su responsabilidad en la elección
federal del 2006. El error no estuvo en el conteo ciudadano de los
votos, sino en la decisión del Consejo General del IFE de no dar a
conocer el resultado del PREP, la noche misma de la elección, si éste
daba que la diferencia de la votación era menor al 1.0 %.

Al final el PREP, las encuestas de salida y el conteo de todas las
casillas arrojaron el mismo número. En julio del 2006, el aparato
electoral ciudadano operó bien a pesar de las descalificaciones de
quien no aceptó el veredicto de las urnas.

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