viernes, 27 de julio de 2012

El túnel


Ernesto Sábato
Editorial Seix Barral
México, 2006
pp. 159

El pintor Juan Pablo Castel, recluido en la cárcel por el asesinato de María Iribarne, narra los sucesos que lo conducen a perder el control y matar a su amante a la que conoce sólo un poco antes. Él es un hombre solo que al contacto personal entra en una vorágine de desconfianza y celos.
En María está seguro de haber encontrado el amor de su vida, la mujer que lo comprende, pero ante la interpelación del otro, del que no controla, entra en una locura que lo envuelve en una espiral cada vez más dolorosa. Desconfía de María y de lo que hace, se siente permanentemente engañado y finalmente, en la real posibilidad de encontrase con el otro termina por “asesinarlo” para que no exista. Así, resulta más manejable su soledad. No hay posibilidad de “romper” la soledad y se refugia, como lo ha hecho antes, en una especie de locura que sí sabe administrar.
Es una reflexión intelectual de carácter existencialista y muy cerca de las visiones del absurdo. Es la soledad, que se busca como un valor y al mismo tiempo lleva al desquiciamiento. Hay alguna semejanza con El Extranjero de Albert Camus. Es un texto muy bien construido y con un estilo muy original. Es una obra de gran densidad intelectual. Al mismo tiempo de un estilo ágil que captura y obliga a seguir leyendo en búsqueda de saber qué acontece en cada momento. Desde su aparición en 1948, la obra tuvo un gran éxito mundial y Camus la elogió.

-- 
Twitter: @RubenAguilar
Facebook: http://on.fb.me/wxlPuC
Sitio: www.miscuadernos.com.mx

miércoles, 25 de julio de 2012

Invalidez de la elección


La ley establece dos grandes posibilidades para invalidar una elección: que en 25% de las casillas hayan ocurrido algunas de las irregularidades tipificadas en el Código Electoral o la que se conoce como “causal de invalidez por violaciones de principios constitucionales”.
Andrés Manuel López Obrador, como parte de su estrategia para presentarse como candidato en el 2018, volvió a descalificar la elección y a los ciudadanos que se hicieron responsables de ella. Él, bajo ninguna circunstancia reconocerá su derrota, para aparecer siempre como “víctima” frente a sus seguidores.
Su primera opción fue anular la elección afirmando, sin pruebas, que había un fraude y éste se podía constatar en las urnas. Exigió, entonces, el recuento de los votos y el IFE ordenó abrir más de 50% de las casillas y se vio, una vez más, que los números del conteo rápido y del PREP coincidían con los del recuento.
El fraude no apareció porque nunca existió, más que como parte de la estrategia del perredista. Ante la evidencia, siempre en el marco de su proyecto para presentarse como candidato por tercera ocasión, optó, entonces, por la segunda de las posibilidades.
Así, ahora está en manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) la demanda de anulación de la elección por la “causal de invalidez por violaciones de principios constitucionales”. Los denunciantes aseguran que se violentó el proceso con la “compra” de
5 millones de votos.
La parte acusadora está obligada a demostrar lo que sostiene. Se sabe, se ha ventilado de manera pública entre académicos cercanos a López Obrador, que la denuncia no se acompaña de pruebas para sostener lo dicho y que sólo ofrece elementos como recortes de periódicos o ejemplos de propaganda.
En el supuesto, es prácticamente imposible, de que el TEPJF diera por buenas las “pruebas” y reconociera que procede la causal, se debería probar, en un segundo paso, que las irregularidades resultan determinantes para explicar la diferencia de los 3.2 millones de votos que separan a Peña Nieto de López Obrador.
Todo indica, a partir de la falta de solidez de las pruebas, que el TEPJF declarará la validez de la elección y el perredista tendrá que acatar su resolución. Si no lo hacen dejarán en claro, otra vez, que recurrir a esta instancia sólo fue parte de su estrategia para justificar la derrota ante sus bases y nunca el someterse al arbitrio de la justicia.
Los gobiernos y los partidos en México, como sucede en todo el mundo, utilizan los programas sociales para congraciarse con los electores y en campaña “regalan” de todo e incluso ofrecen también dinero por el voto. La manera que el sistema electoral tiene, para neutralizar estas perversas prácticas, es garantizar que el voto sea secreto. Si esto no basta habrá que cambiar la ley electoral. La decisión está en manos del nuevo Congreso.
-- 
Twitter: @RubenAguilar
Facebook: http://on.fb.me/wxlPuC
Sitio: www.miscuadernos.com.mx

lunes, 23 de julio de 2012

Ambivalencia panista


La candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, reconoció de inmediato su derrota, a partir de la información que disponía de las encuestas que la situaban en un tercer lugar. Esa declaración, que se acostumbra en las democracias, honró a la candidata perdedora y fue también un reconocimiento a la institución electoral y al trabajo de millones de ciudadanos el día de la elección.
Días después, de manera contradictoria con la declaración anterior, el presidente del PAN, Gustavo Madero, anunció que su partido decidiría hasta el mes de agosto si sus diputados y senadores se harían presentes en la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, el candidato ganador del PRI. Lamentable declaración.
Al partido en el gobierno le toca más que a nadie respetar la vida institucional.
El Presidente de la República se reunió con Peña Nieto en Los Pinos, la semana pasada, para acordar que una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declarara la validez de la elección se inicien los trabajos de la transición administrativa. La decisión del Presidente tranquiliza los mercados y reconoce de facto al ganador de la contienda, pero también contradice la declaración de Madero.
Dos días después de la reunión del presidente Calderón con Peña Nieto, en los hechos del virtual presidente electo, el Presidente del PAN junto al del PRD, Jesús Zambrano, solicitan al Instituto Federal Electoral (IFE) que resuelva las denuncias que han presentado ambos partidos sobre un presunto desvío de fondos a la campaña del priísta a través de Monex. Al tiempo de estas acusaciones, que ponen en duda el proceso, Madero anuncia que el PAN no pedirá la invalidez de la elección como sí lo hace el PRD.
El PAN dice un día una cosa, pero al día siguiente otra. La ambivalencia del partido en el gobierno pone en duda al proceso, al IFE y a los ciudadanos que estuvieron a cargo de la elección y enrarece el clima político del país. Su papel debería ser exactamente el contrario de lo que hace ahora. Con esa actitud el PAN no se ayuda así mismo, tampoco al gobierno y menos al proceso de la transición administrativa entre el gobierno que se ve y el que entra.
La posición del PAN no le hace confiable como interlocutor político de quienes el próximo 1 de diciembre asumirán la Presidencia de la República. Esta ambivalencia le está metiendo un ruido innecesario a la realidad política del país y contribuye a generar un clima de incertidumbre en lugar de certeza. El cambio de autoridades requiere certezas.
No queda claro si la ambivalencia es sólo producto del error, de la incapacidad política que ha caracterizado a este gobierno, de la permanente indecisión que es tan propia del presidente Calderón o parte de una estrategia política, que resulta difícil de entender todavía más si el PAN ya dijo que no va a impugnar la validez de la elección. ¿De qué se trata? ¿Qué se pretende?
-- 
Twitter: @RubenAguilar
Facebook: http://on.fb.me/wxlPuC
Sitio: www.miscuadernos.com.mx

viernes, 20 de julio de 2012

Colección Cenzontle


José Luis Martínez
Fondo de Cultura  Económica (FCE)
Colección Cenzontle
México, 2004
pp.93

Una detallada descripción del largo viaje de España a las colonias durante el siglo XVI. Las características de las naves; el tiempo de viaje; los vientos; las tripulaciones; los instrumentos; las rutinas diarias; la condición de los pasajeros.
En el trabajo de Martínez, biógrafo de Hernán Cortés, queda muy claro las dificultades e incomodidades que pasaban todos, en particular los pasajeros, durante los meses de las travesías trasatlánticas. Es un relato muy interesante, con mucha información que se desconoce.
El texto muestra la gran erudición del autor sobre éste y otros temas. La redacción es elegante y siempre fluye. Es una obra pequeña realmente deliciosa. De ella se aprende mucho.

miércoles, 18 de julio de 2012

El oficio del historiador: Teorías y tendencias de la historiografía alemana del siglo XIX



Karl Kohut, compilador
Editorial Herder
México, 2009
pp.198

Son siete ensayos sobre los grandes historiadores alemanes del siglo XIX y una introducción del compilador. El primer trabajo es El primer historiógrafo en Alemania: Friedrich von Schiller (1759-1805), de Peer Schmidt. Es un análisis sobre la famosa conferencia inaugural de Schiller, ¿Qué significa y con qué fin se estudia la historia universal?, que leyó el 26 de mayo de 1789 en la Universidad de Jena. El segundo se trata de  Leopold von Ranke: Sólo historias, no historia, de Peer Schmidt. Se analiza la contribución central de Ranke a la profesionalización del campo de la historiografía que caracteriza la disciplina a principios del siglo XIX.
El tercer trabajo es Droysen o la historia como arte de la memoria, de Guillermo Zermeño. El autor plantea que Droysen elabora la primera teoría general de la investigación histórica en lengua alemana y establece las diferencias del mismo con los planteamientos de Ranke. El cuarto es Theodor Mommsen: Historiador decimonónico de Roma, de Ricardo Martínez Lacy. Esa historia le valió a Mommsen el Premio Nobel de Literatura de 1902. El quinto es Jacob Burchardt y la historia cultural, de Guillermo Palacios. A este autor, que se distanció del concepto de “nación” porque lo consideraba causa potencial de futuras guerras, es el fundador de la historia cultural.
El sexto se trata de Wilhelm Dilthey: Las experiencias vitales y la historia, de Marialba Pastor. En su concepción de la historia Dilthey va más allá de los hechos y documentos, para penetrar sobre las motivaciones de los actores. El séptimo es El cosmopolitismo en Friedrich Meinecke y el historicismo tardío, de Francisco Gil Villegas. Se trata de un “historiador de las ideas” que le tocó vivir desde los nacionalismos tardíos del siglo XIX, hasta la posguerra alemana, pasando por la Primera y Segunda Guerra Mundial.
El conjunto de los textos me parecieron interesantes. Ofrece una visión clara del aporte de cada uno de estos historiadores al campo de la historiografía y también dan cuenta de sus límites. La compilación da una buena idea de la importancia del pensamiento alemán en el origen de la historia como ciencia. Los ensayos están bien documentados y también bien escritos y se pueden leer con facilidad pese a lo complicado de los temas.
-- 
Twitter: @RubenAguilar
Facebook: http://on.fb.me/wxlPuC
Sitio: www.miscuadernos.com.mx

lunes, 16 de julio de 2012

Campañas electorales



Madrid. Los despachos especializados en campañas electorales influyen de manera definitiva en el resultado electoral y resulta evidente que los candidatos que no recurren a ellos están en desventaja frente a quienes sí lo hacen. Ésta es una concusión del I Congreso Internacional de Comunicación Política y Estrategias de Campaña, celebrado en la sede de la Fundación Ortega y Gasset, los días 5, 6 y 7 de julio. Asistieron más de 200 académicos y directivos de empresas consultoras de una veintena de países.
El encuentro, organizado por la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (ALICE), concluye también que siguen perdiendo peso los partidos y adquieren mayor relevancia los candidatos. Las campañas se centran en posicionar, en “vender”, a un personaje que debe contar con una serie de características que resulten atractivas al electorado.
Una de ellas es que los candidatos tengan una vida que los haga ver como personas que vienen “de abajo”. Es la historia de quien desde el barrio o el campo, por su propio esfuerzo, logra triunfar, pero nunca pierde contacto con su origen. En el mundo el caso paradigmático es Lula (Brasil) y en la región Evo Morales (Bolivia). También, es otro ángulo, quien tiene una historia “heroica” porque fue perseguido o sufrió cárcel o tortura a causa de sus ideas. El caso emblemático es Nelson Mandela (Sudáfrica) y en la región Dilma Rousseff (Brasil).
Hay acuerdo en que se tiende a dejar atrás las campañas negras y privilegiar el discurso conciliador. El de Barack Obama (Estados Unidos) es el caso paradigmático en el mundo y en la región Ollanta Humala (Perú) y Mauricio Funes (El Salvador). Se reconoce que en las campañas crece la importancia del uso de las redes sociales, sobre todo entre los jóvenes, pero se constata que su influencia sigue siendo marginal frente a la importancia que todavía conserva la televisión como fuente de información, para la gran mayoría de los electores.
En muchos países, las cadenas de televisión privada siguen jugando un papel decisivo en las campañas. El candidato que no está en la televisión no existe.
El espectáculo, la teatralización, de la política en general y en particular en las campañas es una constante en todos los países, con intensidad distinta, pero siempre presente. A nivel mundial, el caso emblemático es Silvio Berlusconi (Italia) y en la región Hugo Chávez (Venezuela). Otra conclusión es que la judicialización de los procesos electorales se hace cada vez más presente porque el candidato perdedor no acepta el resultado de las urnas.
En los tres días de sesión, en 24 mesas de trabajo y 137 exposiciones, se analizaron más de 30 campañas entre ellas las de Estados Unidos, España e Italia, pero también México, Brasil, Argentina, Bolivia, Colombia y Venezuela.
El análisis del último proceso electoral mexicano sólo confirma, con más o menos intensidad, las grandes tendencias por donde hoy camina el diseño y realización de las campañas en el mundo.
-- 

miércoles, 11 de julio de 2012

La derrota del PRD



Una vez más Andrés Manuel López Obrador fracasó en su intento por conseguir la Presidencia de la República. No está claro si irá a un tercer intento, como lo hizo Cuauhtémoc Cárdenas o, en Brasil, Lula, que ganó en la cuarta ocasión que se presentó como candidato. El hecho es que, por segunda ocasión, el perredista no consiguió convencer a la mayoría de los votantes.
No está en duda que López Obrador avanzó a lo largo de las semanas de campaña, pero haber reducido sus negativos y aumentado su intención de voto en torno de los ocho puntos no fue suficiente, a pesar de la caída de Josefina Vázquez Mota, para alcanzar a Enrique Peña Nieto, que a lo largo de la contienda perdió unos cinco puntos.
El PRD tendrá que evaluar lo que sucedió y decidir si llegó la hora de proponer otro candidato, aunque faltan todavía seis años, o en la contienda del 2018 volverá a ser López Obrador. Una primera conclusión es que el cambio de actitud de un candidato rijoso a uno conciliador, le dio resultado en un sector de la población, pero la mayoría no terminó de creerle su transformación.
La plataforma programática de López Obrador permaneció sin cambios y cada vez parece estar más lejos de responder a las tendencias mundiales y a las nuevas exigencias de la realidad del país.
En lo fundamental su propuesta, donde nunca estuvieron presentes los verdaderos cómo, sigue la línea del nacionalismo revolucionario del presidente Luis Echeverría, ahí están los textos para probarlo.
El país demanda una izquierda real, moderna y pragmática, y no una que se refugie en viejas ideas priístas, rechazadas por ese mismo partido, que recogió un grupo de expriístas, al que pertenece López Obrador, para fundar una nueva alternativa. Si él hubiera planteado, por ejemplo, la política petrolera de Brasil o Noruega, habría tenido más votos, pero también si anunciaba que imitaría la política fiscal del gobierno socialista de Ricardo Lagos en Chile, en lugar de decir que no aumentaría los impuestos.
Sólo el PRD puede decidir el camino a seguir, pero si quiere convertirse en una alternativa ganadora debe deshacerse de una buena parte de los cuadros que hoy continúan en la dirección nacional y en los estados, y de la alianza con fuerzas políticas también herederas del nacionalismo revolucionario priísta, como Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido del Trabajo (PT), que la adoptó después.
Hay una nueva generación de perredistas, señaladamente Miguel Mancera, que arrasó en el Distrito Federal, pero también Mario Delgado, Armando Ríos Piter y Marcelo Ebrard, que han demostrado ser una izquierda que no provoca rechazo y sí concita la simpatía y el voto de sectores mucho más amplios de los que hasta ahora han votado por el PRD. Todo indica que ese PRD sí tiene futuro.
--

martes, 10 de julio de 2012

Sí, llora por mi Argentina


La Argentina de Cristina Fernández de Kirchner se colapsa y no se ven signos de que la crisis pueda tocar fondo. Los argentinos, con razón, desconfían de la economía de su país y actúan de  manera esquizofrénica: por un lado reeligieron a su presidenta, pero por otro sacan todos los días su dinero, para ponerlo a salvo.
El entusiasmo que invadía a los argentinos, que me tocó palpar hace menos de un año en Buenos Aires, pocos meses después del triunfo arrollador de la señora Fernández en las elecciones presidenciales del 2011, se ha convertido en duda y angustia sobre el futuro.
Desde la elección, la imagen positiva de la presidenta ha caído en 24 puntos, al pasar de 63% al 39%. Ella ha perdido credibilidad frente a la sociedad que se siente traicionada, una vez más, por su gobierno. Los encendidos discursos nacionalistas de la presidenta, que tanto gustan a los argentinos, ya no convencen a nadie.
Se estima que en lo que va del año se han fugado dos mil millones de dólares, pero que en los últimos diez años, la etapa de los Kirchner, han salido fuera del sistema financiero 137 mil 826 millones de dólares, según el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC).
Por recientes disposiciones gubernamentales, los argentinos ya no pueden comprar dólares en las casas de cambio, lo que ha venido a dificultar la vida de los ciudadanos, pero también de las empresas que necesitan comprar insumos al extranjero para continuar produciendo.
Ante las crisis sucesivas de los últimos 50 años los argentinos, que ya no quieren ser estafados por el gobierno, se defienden refugiándose en el dólar. Los políticos, incluyendo la presidenta tienen sus ahorros en dólares, pero invitan cínicamente a que la población lo haga en pesos.
El sector inmobiliario realiza el 99% de sus transacciones en esta moneda ante la volatilidad del peso. La inflación oficial alcanza solo el 10%, pero la real es del 25% en lo que va del año. La señora Kirchner y su gobierno tienen una visión política y no técnica de la economía.
La Central General de Trabajadores (CGT) y agrupaciones campesinas han realizando huelgas para exigir aumentos salariales. En 2011, la economía creció al 9%, pero este año no pasará del 2.2%, de acuerdo al Banco Mundial (BM).
Los especialistas anuncian ya la devaluación del peso y el aumento generalizado del costo de todos los servicios públicos. La causa de la crisis es el despilfarro de la presidenta que regaló dinero de manera directa o a través de programas sociales, para ganar las elecciones. No le importó la debacle que después podría venir.
De cara a las elecciones legislativas del 2013, la presidenta hará todo por “mantener” la economía a flote aunque tenga que emitir más papel moneda. En su visión cortoplacista todo se vale para conservar el poder, no importa el daño que haga al país y a sus habitantes.
-- 
Twitter: @RubenAguilar
Facebook: http://on.fb.me/wxlPuC
Sitio: www.miscuadernos.com.mx

lunes, 9 de julio de 2012

La derrota del PAN


En el 2006, después de la administración de Vicente Fox, la mayoría de los que votaron decidió que el PAN siguiera conservando la Presidencia de la República y eligieron a Felipe Calderón, pero después de su gestión optaron porque ese partido ya no siguiera en la Primera Magistratura. Ésa y no otra es la realidad. No hay accidente. Es una decisión consciente.
La derrota del PAN tiene muchas madres y padres: la gestión de Calderón y su absurda guerra; las divisiones internas del PAN; la conducción del partido; la plataforma ideológica que cada vez es más conservadora ante los cambios culturales del país; la lejanía de los sectores populares; la elección de los candidatos; la candidata Josefina Vázquez Mota; el equipo de campaña que se integró; la estrategia que optó por la continuidad.
El PAN está obligado a una evaluación a fondo después de esta catástrofe electoral en la que pierde la Presidencia, los gobiernos de Jalisco y Morelos, dos de las tres delegaciones que tenía en el Distrito Federal y queda como tercera fuerza en el Congreso. El partido, desde el inicio del actual sexenio, ha venido de derrota en derrota. Hay causas que expliquen este desempeño y también los resultados.
Lo correcto es que la actual dirigencia del partido renuncie, como es práctica común en otros países, después de una derrota de tal magnitud, para dejar abierto el espacio a que surja una nueva dirigencia que se haga cargo de hacer un diagnóstico imparcial, a fondo, que les permita conocer y explicar lo que pasó y al mismo tiempo asuma los cambios que se deben impulsar, para afrontar los nuevos tiempos.
Si el PAN no se reestructura a fondo, para responder a la nueva realidad de una ciudadanía, cada vez más formada y liberal, tiene muy pocas posibilidades de volver pronto a la Presidencia de la República y a tener presencia significativa en los estados y el Congreso. El partido requiere cambios radicales en su concepción ideológica y plataforma programática, pero también en su estructura orgánica.
Le urge hacerse de un nuevo tipo de cuadros, que sean capaces de contactar a una nueva generación de militantes. Los que hoy están a la vista no concitan entusiasmo y adhesión entre los panistas y mucho menos en la ciudadanía. Le urgen dirigentes mejor preparados y con mayor cualificación académica y profesional. Le urgen también líderes con prestigio y arraigo social. La decisión de una transformación de gran calado sólo corresponde a los panistas y, por lo pronto, no se ve quién sea el dirigente o los dirigentes que puedan conducir este proceso.
Al perder la Presidencia, el PAN deja de contar con el espacio único que ésta le brindaba y mantuvo por 12 años, pero también ya no tienen el instrumento poderoso, muy difícil de sustituir, que disponía para acercar nuevas adhesiones y simpatías. Los muchos cuadros del partido que tenían cargos en el gobierno ya no contarán con ellos. Están ahora obligados a buscar una nueva manera de ganarse la vida. El PAN y sus militantes inician una nueva etapa de su historia. Habrá que ver cómo la enfrentan.
-- 
Twitter: @RubenAguilar
Facebook: http://on.fb.me/wxlPuC
Sitio: www.miscuadernos.com.mx

viernes, 6 de julio de 2012

El atentado


El doctor Amín Jaafari, un palestino israelita, se casa con Sihem, también palestina, y con ella vive un proceso de ascenso social que se lo permite su carrera de cirujano. Los dos viven una vida acomodada y placentera. Un día una kamikaze hace estallar una bomba en la que mueren 16 personas y produce decenas de heridos. En el hospital Amín trata de salvar todas las vidas que puede. Por la noche agotado vuelve a casa. Su mujer debe regresar ese día de una visita a su abuela. De madrugada su amigo el policía Naveed le llama y le pide vaya al hospital. En él se entera de que su esposa, tiene que identificar el cadáver, es la principal sospechosa del atentado. Su “mundo” se viene a tierra.
Su amiga Kim, colega y compañera de la universidad, ella judía, lo trata de ayudar, pero él se encierra en sí mismo. Está seguro que su mujer no puede haber sido la “asesina”. Días después llega una carta donde ella asume la responsabilidad y le pide perdón. Él se siente culpable y a partir de ese momento entra en una espiral de incomprensión y enojo. Se convierte en una obsesión saber quien “adoctrinó” a Sihem y qué pudo haber pasado. Se da a la pesquisa y en ella surgen preguntas y dudas. Él llega hasta el final y puede reconstruir todo, pero no el proceso interno de su esposa. En esa búsqueda se reencuentra con su familia de la que se había alejado y también con sus costumbres. Vive con ellos lo que sufren sus parientes.
La obra es una denuncia a la violencia, venga de donde venga, y al absurdo de todo tipo de fundamentalismo. Lo hace narrando lo que ocurre. No hay juicios de valor y sí la descripción de los sucesos. La realidad, compleja en sí misma, habla por ella. Su denuncia adquiere así más  fuerza, pero también la complejidad de la vida hace más difícil entender lo que realmente ocurre. No se deben admitir los fundamentalismos y la violencia, pero tienen  una explicación. El libro es muy bueno en la forma y el estilo. Está escrito de una manera que “agarra” y logra mantener todo el tiempo una gran tensión. Inicia en un crecendo que sostiene a lo largo de toda la obra. Es una escritura limpia y directa, pero al mismo tiempo elegante.

-- 
Twitter: @RubenAguilar
Facebook: http://on.fb.me/wxlPuC
Sitio: www.miscuadernos.com.mx

miércoles, 4 de julio de 2012

La vuelta del PRI



La decisión de la mayoría de los votantes, 38%, fue que el PRI volviera a la Presidencia de México. Este sector de la ciudadanía piensa que el Revolucionario Institucional debe hacerse cargo de la conducción del país.
El virtual triunfador, Enrique Peña Nieto, y su partido deben ser conscientes y actuar en consecuencia frente a dos realidades: han sido elegidos por una minoría de ciudadanos y existen dudas e incluso temores sobre cuál será el camino que tomará el PRI: la restauración del viejo régimen o seguir la renovación.
En la nueva realidad del país, mientras no exista la segunda vuelta, el Presidente de la República siempre será electo por una minoría. El padrón es de 79 millones de ciudadanos. De ésos, 32 millones, 38%, decidieron no ejercer su derecho a votar y de los 49 millones que sí lo hicieron, 62% votó por Peña Nieto: 18 millones 630,000. Sólo 25% del padrón.
No existe ninguna duda sobre la legitimidad del nuevo Presidente, pero es necesario tener en cuenta que 60 millones 370,000 ciudadanos, 75%, no votaron por ese candidato. Él está obligado a gobernar para todos y una tarea fundamental es asumir esta realidad y hacer esfuerzos para ganar al proyecto del gobierno, no al partido, a esos ciudadanos que son la mayoría.
A pesar de que el país es otro y que ya no se pueden volver a los tiempos de la opacidad absoluta o al ejercicio del poder presidencial sin contrapeso alguno, hay muchos ciudadanos, la mayoría como se deriva de los números anteriores, que temen que el PRI caiga en la tentación, así lo he oído de algunos, de restaurar viejas prácticas.
El nuevo Presidente electo, quien tomará posesión el 1 de diciembre, debe tener muy claro esta duda para demostrar que no ha lugar a esa tentación y que su gobierno habrá de continuar con el proceso de profundización y consolidación de la democracia que el país vive desde 1997 y de manera más clara a partir del 2000.
La contribución del Revolucionario Institucional a ese proceso es evidente y sin la actitud y las acciones que tomó para crear, por ejemplo, el IFE, autónomo y ciudadano, y reconocer su derrota en el 2000 y el 2006 el país no estaría en la ruta de la maduración democrática en la que ahora se encuentra en la que siguen presentes todavía muchos problemas.
Todo indica, así lo ha declarado el virtual Presidente electo, que está decidido a gobernar para todos y a seguir impulsando las transformaciones democráticas que el país requiere que implican no dar marcha atrás a la rueda de la historia. Si el nuevo Presidente y su partido no hacen realidad estas promesas metería al país en una dinámica de tensión que nadie desea.
-- 
Twitter: @RubenAguilar
Facebook: http://on.fb.me/wxlPuC
Sitio: http://www.miscuadernos.com.mx/

martes, 3 de julio de 2012

El conteo rápido y las encuestas de salida



La diferencia fundamental entre la elección presidencial del 2006 y la que acaba de pasar es que en la primera, por una absurda decisión del Consejo General del IFE, no se dio a conocer el resultado del conteo rápido y tampoco de las encuestas de salida, lo que ahora sí sucedió.
Estos resultados, que arrojan muestreos que cumplen con todas las exigencias metodológicas requeridas, dieron certeza al proceso electoral cuando en la noche misma de la elección se pudieron conocer los resultados precisos, aunque todavía no fueran los oficiales.
La noche del domingo nos fuimos sabiendo quien era el presidente de México. El conteo rápido y las encuestas de salida, que se corroboraron unas a las otras, cerraron todo espacio a la duda, como debió haber sido en 2006.
En Estados Unidos, los candidatos a la presidencia, en realidad a todos los cargos de elección, reconocen su triunfo o su derrota a partir del resultado que arrojan las encuestas de salida realizadas por los grandes medios de comunicación.
El candidato ganador, como ahora sucedió en México, se declara tal a partir de esa información y el derrotado también la asume. El perdedor, en esa cultura política, reconoce de inmediato al vencedor. En la nuestra empieza a ser una realidad. Dos de los tres candidatos aceptaron, a partir de esos datos que ellos conocen bien, su derrota. Uno, sin tener razones, no lo hizo.
Los resultados oficiales, en todos los países, tardan dos o tres días, no puede ser de otra manera, pero el extraoficial, los que proporcionan mecanismos como el conteo rápido y las encuestas de salida, dicen con certeza quien es el ganador.
La sociedad mexicana desconfía de manera sistemática de los otros, es parte de la cultura nacional. Pero desconfía todavía más de lo que dicen las instituciones públicas, no importa si la información que proporcionan es sólida y confiable.
En esta ocasión, la aceptación de los candidatos a los datos que arrojó el conteo rápido y las encuestas de salida es una importante contribución, habrá que ver su efecto posterior, para generar, por lo menos en el ámbito electoral, una nueva cultura política.
-- 
Twitter: @RubenAguilar
Facebook: http://on.fb.me/wxlPuC
Sitio: www.miscuadernos.com.mx

Decisión ciudadana


La mayoría de quienes votaron este domingo decidió que el PRI regresara a Los Pinos. Después de 12 años le dan esa oportunidad que una vez más le niegan al Partido de la Revolución Democrática y ahora también al PAN.
No hubo sorpresas. Las encuestas, desde marzo y a lo largo de los 90 días de jornada, nunca variaro­n y señalaban ya el resultado que ahora ofrecen el conteo rápido del IFE y las encuestas de salida encargadas por los medios.
Estos conteos serán validados cuando termine el cómputo del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) que se va a conocer esta misma noche. No existe ninguna duda de que Enrique Peña Nieto es el nuevo Presidente de México.
En el segundo y tercer sitio tampoco hay sorpresas y queda muy parejo como lo señalaban los sondeos. El lugar dos lo ocupa Andrés Manuel López Obrador (PRD-MC-PT) y el tres Josefina Vázquez Mota (PAN). Hay un voto de castigo al gobierno del presidente Calderón.
Después de este resultado López Obrador no tiene más camino que dejar el paso libre a las nuevas gene­raciones perredistas, pero podría intentar una tercera postulación como candidato a la Presidencia. Ya lo veremos.
Esto a pesar de que muchos analistas coinciden en que si por el PRD hubiera competido Marcelo Ebrard habría ganado o alcanzado una intención de voto muy superior­ a la de López Obrador. No fue así y todo lo demás queda en el terreno de la especulación.
Si el PAN y el PRD quieren ser competitivos en los próximos procesos electorales nacionales tienen que refundarse y dar lugar al paso de nuevas ideas y gente. En el caso del PRD está ya claro dónde están los cuadros del recambio, pero no se ven en el PAN.
El PRI y su candidato asumen la Presidencia en el contexto de un sector amplio de la ciudadanía, la mayoritaria, que tiene dudas e incluso temores sobre el regreso de ese partido al poder. Hay una historia de agravios que no puede ser negada.
A Peña Nieto, toca, es su primera gran tarea, convencer a la mayo­ría de las y los mexicanos que hay un PRI distinto. De esto tiene que dar pruebas pronto. La integración del gabinete es un poderoso instrumento para mandar señales de que existe apertura y pluralidad.
El PRI recibe un claro mandato que se puede derivar de lo que no ofreció el gobierno de Calderón: que se acabe con la violencia; que se genere un ambiente nacional de esperanza y optimismo; que se realicen las reformas estructurales; que mejore la imagen del país; que se ofrezca liderazgo y rumbo.
México tiene ahora un nuevo Presidente constitucional electo y no hay lugar a las descalificaciones producto sólo de que no se ganó. Quedan todavía cinco largos meses, es un tiempo que urge se acorte, para el cambio. Habrá que ver si Peña Nieto es capaz de responder a las demandas.