jueves, 24 de octubre de 2013

El PAN y el Pacto por México

Por Ruben Aguilar Valenzuela

El presidente del PAN, Gustavo Madero, siempre ha defendido la presencia de su partido en el Pacto por México cuando senadores y diputados de la llamada ala calderonista se han pronunciado en su contra y han pedido que se revise la permanencia del partido en él. Días atrás, declaró que éste tiene “fecha de caducidad” y probablemente se extinga antes del 2015.

La afirmación la hizo en su participación en el IV Foro de la Democracia Latinoamericana, donde coincidió con los dirigentes del PRI, César Camacho, y del PRD, Jesús Zambrano, los otros signatarios del Pacto. Sobre el Pacto, ahí sostuvo: “A mi juicio(…), es una solución transitoria, no permanente. De hecho, no sólo es temporal, sino que, si no se hace al principio de una Administración, difícilmente se puede instrumentar a la mitad de ésta”.

En su versión, el PAN está en el Pacto “en gran parte” porque “el tema de cómo acceder al poder en México no está resuelto de manera adecuada, y menos el de cómo se ejerce el poder”. Añade que es necesario cambiar eso y que la reforma política que se trata de sacar adelante, todavía en el marco del Pacto, puede generar las condiciones para avanzar en esa agenda con el fin de que “empiece a florecer la democracia en los estados, que es donde vamos más atrasados”.

Para el dirigente del PAN, el Pacto se parece a un “diablito” (el dispositivo ilegal que se utiliza para conectarse al cableado eléctrico) que se le puso “al sistema político para que pasara toda la corriente, toda la energía, la alta tensión que traen estas reformas, pero en un momento dado habrá cumplido su objetivo”.

La postura de los otros dos dirigentes partidistas no coincide con la que sostuvo Madero. Camacho, el presidente del PRI, adelantó que podría haber nuevas ediciones del Pacto por México y añade: “Si queremos que el panorama cambie, tenemos que consolidar estas reformas transformadoras de las que se ha hecho cargo el Pacto por México. Y, eventualmente, que haya una segunda o más ediciones”.

Él piensa que la mecánica se puede mejorar y perfeccionar cuando plantea que “independientemente de que el mecanismo como tal subsista, si se mantiene la voluntad por transformar, el compromiso con México y ese talento para ubicar cuáles son los temas prioritarios, creo que las cosas pueden mejorar”.

La postura de Jesús Zambrano, el presidente del PRD, no compromete una fecha de caducidad del Pacto y sostiene: “Lo cierto es que todo mundo pareciera que estamos dispuestos a seguir construyendo entre tres los posibles acuerdos; a ver si los diferendos son de tal tamaño entre nosotros que definitivamente nos imposibiliten caminar juntos”.

Él asegura tener “la confianza, también el optimismo, de que así como hemos venido transitando hasta hoy, por lo menos en los grandes temas que tenemos enfrente, podamos ponernos de acuerdo”, que incluye la reforma en materia política y electoral como también lo plantea el PAN. ¿Habrá de subsistir el Pacto por México? Hay razones para pensar que sí, pero otras llevan a la consideración que se puede terminar al final del 2014. Ya se verá.

martes, 1 de octubre de 2013

Los Salarios del Factor 20

Por Rubén Aguilar Valenzuela

En América Latina las diferencias entre los salarios más altos de los directivos empresariales y los empleados pueden ser de 1,000 a 1. La propuesta en los países en desarrollo es que no superen 20 veces el salario mínimo, para no atentar contra la reproducción de su sistema de desarrollo ni contra la paz social.

La diferencia entre los ejecutivos mejor pagados y los empleados de las empresas ha pasado de una relación de 24 a 1 en 1965. a una de 325 a 1 en 2011, de acuerdo a un estudio del austriaco Christian Felber (1972), profesor de Economía Alternativa en la Universidad de Viena.

El hecho es que esta tendencia, que ya es abismal, tiende a crecer. Por eso Felber, que también es portavoz en Austria de ATTAC (Asociación para la Tasación de las Transacciones Financieras y la Ayuda al Ciudadano) propone que los sueldos más altos no superen 20 veces el salario mínimo.

Esta propuesta que podría a primera vista sonar muy radical o extravagante también la ha hecho Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, que se reúne todos los años. En la reunión que se celebró en esta ocasión propuso que se limitara la renta en el “factor 20” y así los salarios mayores no sean veinte veces superiores al salario mínimo.

De acuerdo a Felber, la “economía del bien común” exige la limitación de la desigualdad porque de otra manera, de seguir así, se atenta contra la reproducción del propio sistema y con ello de la paz social. Él, que se considera un liberal, plantea que “para salvaguardar las libertades hay que poner límites por motivos liberales”.

La idea de Felber y Schwab no es utópica, aunque a más de uno así le parezca, pero sí se trata de una propuesta de vanguardia que se adelanta a lo que tal vez en algunos años se vuelva una realidad y una práctica aceptada en los países más desarrollados.

Este noviembre en Suiza se hace un referéndum sobre la implementación en las empresas el “factor 12”, es decir que el salario más alto de un directivo no pueda ser doce veces más alto del que ganan los trabajadores. Habrá que ver cuál fue la decisión de los suizos.

En América Latina las diferencias entre los salarios más altos de los directivos empresariales y los empleados son todavía mucho más altos que los señalados por Felber. La relación puede ser de 1,000 a 1 o todavía más profunda.

Es cierto que la pobreza y pobreza extrema se ha reducido en América Latina y que la tendencia es que esto siga, pero al mismo tiempo se ha incrementado la desigualdad social. Los Estados, gobierno y sociedad civil, están obligados a encontrar y poner en práctica políticas públicas que frenen la desigualdad.