miércoles, 14 de diciembre de 2011

La comunicación de Vázquez, Cordero y Creel

Rubén Aguilar Valenzuela



Los precandidatos a la Presidencia de la República por el PAN, Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero y Santiago Creel, están todavía en la fase de la disputa interna que formalmente va del 18 de diciembre del 2011 al 18 de febrero del 2012, que es el tiempo oficial de las precampañas.

Las encuestas sitúan a Vázquez Mota como la mejor ubicada, a distancia de Santiago Creel, que ocupa el segundo lugar, y Ernesto Cordero, quien se queda con la tercera posición. La primera sigue creciendo, va sola en las encuestas, y los otros dos están estancados o bajan.

La estrategia de comunicación de los tres se organiza con el propósito de ganar la contienda interna. El posicionamiento externo influye pero lo que contará es cuántos panistas salgan a votar y los apoyen en las dos votaciones previstas para febrero.

Los precandidatos giran en un discurso que se concentra en tres puntos: una tímida descalificación del PRI, algunas ideas de lo que harían si llegan a la Presidencia y quién de ellos se ha desempeñado mejor en los cargos públicos.

La contienda en la que participan los sitúa en una posición ambigua. De un lado quieren comunicarse con la sociedad en su conjunto y por el otro pretenden, sobre todo, llegar y convencer a los militantes y simpatizantes panistas que los van a votar.

Así, la organización de la comunicación se dificulta y no termina, resulta muy difícil, por ubicar bien sus propósitos y espacios. Si sólo se trabaja hacia adentro se pierde presencia externa; pero si se concentra en el trabajo externo se toma distancia de la militancia, que definirá el proceso.

En el 2006, la comunicación de Creel se concentró en posicionarse en el frente externo y era mucho más conocido y tenía mayor aceptación que Felipe Calderón, pero en el espacio interno se invertían los papeles. Esta presencia permitió a Calderón hacerse del triunfo.

El PRI y el PRD tienen ya candidato y los discursos de Peña Nieto y López Obrador, sin ambigüedad, se dirigen al conjunto de la sociedad. Eso les permite tener mayor claridad en el mensaje y también más presencia en los medios. El momento que viven los panistas los conduce a lo contrario.

Hasta ahora, la estrategia de comunicación de los tres, que no presenta ningún atractivo, debe verse como transitoria. En los próximos días se podrán observar cambios que faciliten articular la comunicación para los públicos internos y externos, y mostrar mayor imaginación.

Los candidatos únicos, es el caso del PRI y el PRD, por no haber competencia interna, no tienen derecho a los espacios que garantiza la ley electoral en medios electrónicos. Los precandidatos del PAN, por estar en la disputa, sí los pueden utilizar. Ahora tienen una gran oportunidad y ya veremos si la saben utilizar. (Próximo: La comunicación de Calderón)

viernes, 9 de diciembre de 2011

Varón de deseos

La biografía novelada de Juan de Palafox (1600-1659), beatificado recientemente, quien fue virrey de la Nueva España y obispo de Puebla hasta que por orden del rey Carlos IV se ve obligado a regresar a la metrópoli como obispo de la pequeña diócesis de Osma, donde muere.

Para escribir esta novela, el autor recurre a una revisión de las biografías que se han escrito sobre este personaje paradigmático del siglo XVII, analiza sus obras y también hace trabajo documental en archivos españoles.

Palafox llega a la Nueva España en 1642, con el nombramiento de obispo de Puebla, pero también como visitador y ejecutor de más de cincuenta ordenanzas del rey Carlos IV, entre ellas juzgar a dos virreyes.

La novela presenta a Palafox como hombre bien formado, auténticamente ilustrado, conocedor del poder, gran administrador, muy austero e incondicional al monarca español. Es una de las personas más brillantes y talentosas del siglo XVII en la Nueva España.

La ejecución de las Reales Cédulas lo enemista con mucha gente y las órdenes religiosas. La reacción de los jesuitas será determinante para que Palafox regrese a España y ya no vuelva a tener la confianza que antes tuvo del rey.

El texto deja ver que la verticalidad de Palafox lo hacía ver como hombre poco flexible y por lo mismo entraba en conflicto con personas y estructuras que se movían, a miles de kilómetros, al margen de los dictados de la Corona y utilizaban el poder para su beneficio personal.

La escritura es elegante, ágil y se lee con gusto. El autor expresa su admiración por este personaje que termina la catedral de Puebla y forma la más importante biblioteca del mundo hispano en aquel momento. Da cuenta de eso en el apartado Nota íntima del autor.

La obra profundiza en la historia infantil de Palafox y en sus años de formación, pero pienso que hubiera resultado más interesante si dedicara más espacio a la labor de este hombre como obispo de la diócesis poblana. De esto, para la dimensión de su obra hay poco. Se concentra en la terminación, después de cien años de iniciadas, de las obras de la catedral.



viernes, 2 de diciembre de 2011

El Cártel

Los Arellano Félix: La mafia más poderosa en la historia de América Latina

Jesús Blancornelas

DeBolsillo/Random House Mondadori

México, 2009

pp. 369

La obra se integra a partir de artículos que registran la manera de operar del cártel de los Arellano Félix en Tijuana. Son textos breves de carácter periodístico, muy al estilo de Blancornelas. Ofrecen información detallada de los hechos, pero está también presente la valoración que hace el periodista.

Se documenta, con abundantes datos y situaciones, la acción corruptora del cártel sobre las autoridades policiacas estatales y federales. El asesinato como la única forma de resolver los problemas y diferencias. La pérdida de toda dimensión de la estructura institucional y el valor de la vida.

El texto es interesante e indispensable como parte de la historia del cártel, de la problemática de la justica en México, de la permisividad de las autoridades estadounidenses y para explicar la situación que se vive en Tijuana.

La tarea periodística que realizó Blancornelas, ya fallecido, y por la que sufrió un terrible atentado de parte del narco, fue pionera en el campo y se caracterizó por el rigor de sus datos, la solidez de sus fuentes y un estilo único y muy personal.

Edición original: 2002 en Plaza y Janés. La de 2009 es la novena reimpresión.

viernes, 25 de noviembre de 2011

El Testigo Juan Villoro Editorial Anagrama México, 2004 pp. 368

Un error de lugar -va al atrio de una iglesia en lugar de otra- impide que Julio Valdivieso llegue a la cita con su prima Nieves, su novia desde la adolescencia. Sin entender porque no se presenta, tampoco intenta averiguarlo, se marcha a estudiar en Europa. Ahí conoce a Claire, la hija de uno de sus profesores, con la que se casa y tiene dos hijas.


Después de 20 años en Europa, donde es profesor, deciden regresar a México. Claire ve al país con los ojos de la extranjera que quiere comprender la nueva realidad en la que vive. No juzga y pronto se encariña con la gente y sus costumbres. La vida familiar se desarrolla sin contratiempos.


Julio pronto descubre que el pasado está ahí y todavía vive en el presente. Los años fuera del país no han borrado su historia. Está el rancho de Zacatecas donde pasaba vacaciones, los parientes y los compañeros de la universidad. Está el país que dejó y otro que no conoce.


Cada quien ha hecho su propia vida, pero las relaciones permanecen. Sólo han vivido un impasse que pronto se supera. Algunos de los compañeros de la universidad han tenido éxito, pero otros no. Sin querer se ve envuelto en esas vidas y en sus problemas. La paz de los años europeos se ha roto.


En la novela corren a la par de la historia de Julio y su familia, otras cuatro. Dos que ocurren en los primeros treinta años del siglo XX: La del poeta Ramón López Velarde (1880-1921). Él, católico conservador y al mismo tiempo pensador liberal, que vivió en carne propia las contradicciones de un país que se veía envuelto en una Revolución. La otra es la Cristiada que se desarrolló con especial intensidad en la zona del rancho familiar en Zacatecas.


Dos más suceden en el hoy y se entrecruzan con la vida de Julio y sus amigos: La presencia del narcotráfico en diversas esferas de la vida nacional, desde lo más lejano, opera en las inmediaciones del rancho zacatecano, y también se encuentra en los más altos niveles del gobierno y la empresa privada. La otra historia es la que describe el poder de la televisión y la de sus dueños.


Se da cuenta en el texto de un México que muere y ya nunca volverá, pero también de otro que surge y toma forma. Nostalgia por lo que se pierde y esperanza por lo que viene. Las sociedades evolucionan y la historia se construye de rupturas y desencuentros. En ese proceso las sociedades pierden y ganan. Siempre se transforman.


La estructura de la novela es compleja y se desarrollan, a la vez, muchas historias y actúan una gran variedad de personajes. La multiplicidad de ángulos de mirada, el ir y venir en el tiempo y también la entrada y salida del espacio familiar está muy bien resuelto. El lenguaje es preciso y ágil.


Los personajes están muy bien construidos. Todos son consistentes y creíbles. Julio, Nieves, Claire, el cura especialista en López Velarde, el tío, los hijos de la prima Nieves, el personal que trabaja en el rancho, el comandante Ogarrio y todos los amigos de la universidad.


El texto me gustó y me dijo. Me pareció una revisión de la historia moderna del país, de su cultura y sus valores. Pienso que también logra penetrar en la vida interior de los personajes que expresan a una parte de la sociedad mexicana. El autor se enfrentó a un gran reto y lo resolvió muy bien.


La novela ganó el premio Herralde, 2004. Mi amigo el escritor José Antonio Lugo, que me regaló el libro, escribe en la dedicatoria: “Aquí tienes una novela inteligente sobre el papel de los medios, el narcotráfico y el México profundo, simbolizado por la provincia y López Velarde”.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Michoacán: ganadores y perdedores

En la elección de Michoacán no sólo ganó Fausto Vallejo, el candidato del PRI, y perdieron Luisa María Calderón y Silvano Aureoles, los representantes del PAN y el PRD, respectivamente. El resultado es causa de que otros sujetos de la política pierdan y ganen.
En el PRI: fue desplazado hace 10 años de la gubernatura y no era competitivo, pero ahora es la primera fuerza. Este triunfo estatal y nacional posiciona a la marca como ganadora. En el electorado se alimenta la idea de que es una buena posibilidad para el 2012.
Gana también el cuestionado presidente del PRI, Humberto Moreira, muy presente en la elección. El resultado lo empodera en el partido y aleja la posibilidad de que abandone su actual responsabilidad.
Enrique Peña Nieto, el seguro candidato presidencial del PRI, también gana. Ésta es la última elección estatal antes de la federal del 2012. Ninguna de ellas es indicativa de lo que ocurre en la presidencial pero sí contribuye a posicionar a su candidato.
En el PAN: pasa de ser la segunda fuerza pero se participa para ganar. La marca pierde imagen y posicionamiento nacional. La percepción que se había construido era de triunfo y al no hacerse realidad provoca un efecto boomerang sobre los electores.
El presidente de la República, Felipe Calderón, también pierde. Que su hermana sea la derrotada cuenta. Se reduce su capacidad de maniobra en su partido y también de intervenir en la elección interna de los candidatos a la Presidencia.
Gustavo Madero, presidente del PAN, es otro perdedor. Se piensa que las encuestas previas a la elección que daban el triunfo al partido captaban la realidad pero el día de la elección fue mejor la capacidad de operación del PRI que la del PAN. Así se explica la derrota.
Los aspirantes (Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel Miranda y Ernesto Cordero Arroyo) que buscan estar en la elección presidencial del 2012 también pierden. Ellos apoyaron de manera decisiva a la candidata del PAN pero la percepción es que su apoyo no la hizo ganar.
En el PRD: de ser la primera fuerza pasa a la tercera. Es el gran perdedor. La marca pierde imagen y posicionamiento estatal y nacional. Esta derrota se añade a otras (Zacatecas, Baja California Sur) que generan la percepción de que es un partido incapaz de ganar.
El gobernador Leonel Godoy pierde. En el PRD se le acusa de que la mala imagen de su gestión influyó en los resultados. Los chuchos también son perdedores. Ellos tienen el control del partido y la percepción es que no han sido capaces de conducirlo a la victoria.
La situación para Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD, es ambivalente. De un lado pierde porque participa de un partido que no gana y de otro se empodera porque puede culpar a la actual dirección del PRD de la derrota. En más de una ocasión ha dejado ver que si tuviera la conducción serían ganadores.

martes, 22 de noviembre de 2011

Daniel Sada Villarreal (1953-2011)

El viernes 18 de noviembre, el mismo día que se daba a conocer que era merecedor del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011 en la categoría de Lingüística y Literatura, falleció Daniel Sada. Su estado de salud le impidió enterarse de este reconocimiento.
Nació en Mexicali, Baja California, el 25 de febrero de 1953. En ese entonces su padre dirigía una despepitadora de algodón. Sus padres y los míos se hicieron muy amigos. Unos venían de Coahuila y los otros de Sonora. Los padrinos de bautismo de Daniel fueron mis padres.
La obra de Daniel lo sitúa como uno de los más importantes renovadores de la novela mexicana. Su Porque parece mentira, la verdad nunca se sabe, rompe todos los esquemas y se ubica como la gran novela mexicana de finales del siglo XX. Obra difícil, pero de factura excepcional.
Desde hacía años Daniel era preso de una enfermedad renal que cada vez se fue haciendo más grave. En los últimos meses pasó el tiempo entre el ingreso al hospital y la convalecencia en su departamento de la Colonia Condesa, siempre acompañado por Adriana Jiménez, su esposa, y  Fernanda, su hija.
Creador-inventor de un universo propio que tenía su geografía, ciudades, personajes y costumbres que sólo habitan en su imaginación y que trascribe al texto de manera única. Nadie narra como lo hace Daniel. Su producción es absolutamente original. Cada frase está labrada, hecha artesanalmente, con una elegancia y un ritmo notables.
Hace tres meses fui a visitarlo en su departamento sobre la calle de Amsterdam. Con él estaba la enfermera que lo atendía y poco después llegó su esposa. Se encontraba tranquilo y hablaba con optimismo. Sabía de la gravedad de su enfermedad, pero pensaba que podía salir adelante. Platicamos de la niñez en Mexicali, de las familias y sus historias, de su trabajo y escritos.
Daniel tuvo el privilegio de encontrase en la primaria con una profesora -vivía entonces en Coahuila- que lo introdujo a la literatura clásica, de la cuál era un gran conocedor. Él sabía muy bien quién era y lo que quería, sabía también que vivir como se piensa siempre implica costos, pero al mismo tiempo ofrece muchas satisfacciones.
En una entrevista planteó lo que casi nunca haría, jugando con el título de una de sus novelas: “Traicionarme a mí mismo. Ser insincero en mi manera de escribir, acoplarme a las exigencias del mercado, no vislumbrar lo que es mi mundo; es decir, adoptar una posición que me es totalmente ajena. Necesito escribir lo que sale de mi corazón, estrictamente”.
La literatura mexicana pierde con su muerte a uno de sus grandes renovadores. Deja una obra fundamental que ya es referente. Escritor, para escritores y no el gran público. Su pérdida es una verdadera tragedia para las artes mexicanas, porque era todavía mucho lo que podía dar y producir.
 Descanse en paz.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Lugar común la muerte

Tomás Eloy Martínez
Editorial Alfaguara
Buenos Aires, 2009
pp. 340


En 1978 cuando se publica la primera edición, el autor vivía en Caracas exiliado de la dictadura Argentina. En 1998 y en 2009 hubo una segunda y tercera edición. A cada una de éstas se añadieron dos nuevos textos. Los artículos de la edición de 1978 fueron publicados en periódicos y revistas de Buenos Aires y Caracas entre 1964 y 1977. Los que se añaden en las siguientes publicaciones se escriben entre 1992 y 2008. La obra se divide en tres partes: Eclipse, Destrucciones y Addenda.


La primera, Eclipse, presenta 14 retratos biográficos de personajes en los días de su muerte. El autor dice de los mismos que “las circunstancias a las que aluden estos fragmentos son veraces; recurrí a fuentes tan dispares como los testimonios personales, las cartas, las estadísticas, los libros de memorias, las noticias de los periódicos y las investigaciones de los historiadores. Pero los sentimientos y atenciones que les deparé componen una realidad que no es la de los hechos sino que corresponde, más bien, a los diversos humores de la escritura. ¿Cómo afirmar sin escrúpulos de conciencia que esa otra realidad no los altera?”.


Los personajes -escritores, artistas y políticos- de los que Eloy Martínez cuenta los días de su muerte son: Juan Domingo Perón; Juan Manuel de las Rosas; Ezequiel Martínez Estrada; José Antonio Ramos Sucre; Vicente Gerbasi; Guillermo Meneses; Saint-John Perse; Martín Buber; Macedonio Fernández; Felisberto Hernández; José Bianco; José Lezama Lima; Manuel Puig y Augusto Roa Bastos.


En Destrucciones, la segunda parte, ofrece un reportaje sobre los muertos y los vivos-muertos de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, escrito en 1965. Y contienen un texto sobre la destrucción-desaparición del barrio La Pastora en Caracas y otro que describe la matanza de indios cuivas en La Rubiera. La tercera parte, Addenda, reúne cuatro trabajos: la traducción al español del poema Sequía de Saint-John Perse que Eloy Martínez hizo con Gloria Alcorta y Perse aprobó; una carta que Felisberto Hernández escribió a la última de sus esposas, Reyna Reyes; un texto biográfico de Jorge Luis Borges sobre Macedonio Fernández y un grupo de testimonios de las víctimas de la bomba atómica.


La escritura de Eloy Martínez se mueve en el límite permanente entre el documento objetivo y la literatura. Es el ir y venir entre la realidad y la ficción. Ese estilo tan propio y original que alcanza la perfección en Santa Evita, pero que ya está presente en estos primeros trabajos. Con respeto y delicadeza, el autor penetra en los momentos íntimos de personas que están al borde de la muerte. Ahí sin nada que la adorne o evada está al desnudo la condición humana; la de grandes personajes y también de las personas sencillas que mueren a consecuencia del terrible ataque nuclear en Hiroshima y Nagasaki.