martes, 10 de abril de 2012

El aparato ciudadano en la elección

El Instituto Federal Electoral (IFE) capacitó para esta elección a un millón 35 mil 355 ciudadanos, quienes se harán cargo de las 145 mil 256 casillas que se van a instalar el 1 de julio y en las que potencialmente podrán votar 78 millones 600 mil electores.
La responsabilidad el día de la elección está en manos de los ciudadanos que son quienes instalan las casillas y cuentan los votos. Están coordinados por el IFE, pero ellos son los que dan garantía de que el proceso de lleva a cabo de manera trasparente y creíble.
Van a ser 591 mil 620, los ciudadanos, previamente capacitados, que el próximo 1 de julio van a integrar las mesas directivas de las casillas instaladas en las 66 mil 740 secciones electorales del país. Se dice pronto pero implica un gran esfuerzo del IFE y también de los ciudadanos.
Es común que se deje de lado el carácter ciudadano de la estructura electoral que existe en el país, pero son ellos, no los funcionarios electorales, los que el día de la contienda se hacen cargo del proceso. La garantía del mismo está en su capacidad, conciencia y compromiso.
La evidencia señala que los ciudadanos han cumplido de manera puntual con su responsabilidad en las últimas cinco elecciones federales, dos de ellas presidenciales, y en esta elección queda claro, todo lo indica, que sucederá lo mismo.
Lo mejor del diseño de la estructura electoral del país es que el momento crucial descanse en la responsabilidad de la ciudadanía, coordinada por el IFE y supervisada por los representantes de los partidos en las mesas de casilla.
A partir de los datos duros, no de los discursos parciales y las descalificaciones intencionadas, se puede demostrar que la ciudadanía cumplió bien y puntualmente con su responsabilidad en la elección federal del 2006. El error no estuvo en el conteo ciudadano de los votos, sino en la decisión del Consejo General del IFE de no dar a conocer el resultado del PREP, la noche misma de la elección, si éste daba que la diferencia de la votación era menor al 1.0 %.
Al final el PREP, las encuestas de salida y el conteo de todas las casillas arrojaron el mismo número. En julio del 2006, el aparato electoral ciudadano operó bien a pesar de las descalificaciones de quien no aceptó el veredicto de las urnas.

Twitter: @RubenAguilar

Los números del arranque

Al inicio de la campaña formal, han pasado meses de una informal,
todas las encuestas publicadas indican que el primer lugar en la
intención del voto lo tiene Enrique Peña Nieto (PRI-PVEM); el segundo,
Josefina Vázquez Mota (PAN), el tercero, Andrés Manuel López Obrador
(PRD-PT-MC), y el cuarto, Gabriel Quadri.

La preferencia efectiva va de 45 a 48% para Peña Nieto; de 24 a 32%,
para Vázquez Mota; de 22 a 24 %, para López Obrador, y de 1 %, para
Quadri. Quienes no declaran representan entre 14 y 18 por ciento. Los
que anularían su voto, entre 3 y 5%, y los que no votarán, 2 por
ciento.

En el 2000, Francisco Labastida arrancó con una intención de voto de
47%, contra 39% de Vicente Fox, una diferencia de 8 puntos. Al final,
ganó el que iba abajo, con 43 puntos frente a 37% del perdedor. La
distancia fue de 6 puntos. En los meses de campaña, Fox alcanzó y
luego superó a Labastida, que inició como ganador.

Lo mismo ocurrió en el 2006, cuando López Obrador inició con una
intención de voto de 41 contra 31% de Felipe Calderón, una diferencia
de 10 puntos, para ganar quien iba abajo, con 37 puntos porcentuales
frente a 36% del perdedor. La distancia fue menor a medio punto. Durante
la campaña, Calderón alcanzó y luego aventajó a López Obrador.

La pregunta es si en el 2012 podrá suceder lo mismo. La ventaja con la
que inicia Peña Nieto está entre 13 y 15% con relación a Vázquez
Mota, el segundo lugar, y de 23 a 25% frente a López Obrador, el tercer
lugar. La distancia se ve difícil de acortar, pero el dato es que en
las elecciones presidenciales del 2000 y el 2006, los que iniciaron
ganado terminaron derrotados.

De acuerdo con Reforma (12/03/29) 52% decidió definitivamente su voto;
13% ya lo hizo pero podría cambiar, y 27% todavía no se decide. Según
Consulta Mitofsky (12/03/29), 80% está seguro y 20% puede cambiar de
preferencia. Así, están en posibilidad de definir o cambiar su voto
entre 20 y 40 por ciento.

Los votos con los que pueden crecer Vázquez Mota y López Obrador son
precisamente éstos, pero también los puede captar Peña Nieto. El
trabajo de los dos primeros es convencer a los indecisos. De manera
hipotética, si todos éstos votarán por Vázquez Mota, ella
obtendría, por lo menos, entre 44% y 52% de los votos y López Obrador,
entre 42 y 44 por ciento.

En ese caso, que es muy remoto, la primera estaría en condiciones
todavía de ganar, pero ya no López Obrador.

La única posibilidad de pueda ser derrotado Peña Nieto, a partir de
los actuales números, es que éste pierda votos, como le pasó a
Labastida y López Obrador, en el 2000 y el 2006, y Vázquez Mota y
López Obrador, a su vez, los ganen.

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Los números del arranque

Al inicio de la campaña formal, han pasado meses de una informal, todas las encuestas publicadas indican que el primer lugar en la intención del voto lo tiene Enrique Peña Nieto (PRI-PVEM); el segundo, Josefina Vázquez Mota (PAN), el tercero, Andrés Manuel López Obrador (PRD-PT-MC), y el cuarto, Gabriel Quadri.
La preferencia efectiva va de 45 a 48% para Peña Nieto; de 24 a 32%, para Vázquez Mota; de 22 a 24 %, para López Obrador, y de 1 %, para Quadri. Quienes no declaran representan entre 14 y 18 por ciento. Los que anularían su voto, entre 3 y 5%, y los que no votarán, 2 por ciento.
En el 2000, Francisco Labastida arrancó con una intención de voto de 47%, contra 39% de Vicente Fox, una diferencia de 8 puntos. Al final, ganó el que iba abajo, con 43 puntos frente a 37% del perdedor. La distancia fue de 6 puntos. En los meses de campaña, Fox alcanzó y luego superó a Labastida, que inició como ganador.
Lo mismo ocurrió en el 2006, cuando López Obrador inició con una intención de voto de 41 contra 31% de Felipe Calderón, una diferencia de 10 puntos, para ganar quien iba abajo, con 37 puntos porcentuales frente a 36% del perdedor. La distancia fue menor a medio punto. Durante la campaña, Calderón alcanzó y luego aventajó a López Obrador.
La pregunta es si en el 2012 podrá suceder lo mismo. La ventaja con la que inicia Peña Nieto está entre 13 y 15% con relación a Vázquez Mota, el segundo lugar, y de 23 a 25% frente a López Obrador, el tercer lugar. La distancia se ve difícil de acortar, pero el dato es que en las elecciones presidenciales del 2000 y el 2006, los que iniciaron ganado terminaron derrotados.
De acuerdo con Reforma (12/03/29) 52% decidió definitivamente su voto; 13% ya lo hizo pero podría cambiar, y 27% todavía no se decide. Según Consulta Mitofsky (12/03/29), 80% está seguro y 20% puede cambiar de preferencia. Así, están en posibilidad de definir o cambiar su voto entre 20 y 40 por ciento.
Los votos con los que pueden crecer Vázquez Mota y López Obrador son precisamente éstos, pero también los puede captar Peña Nieto. El trabajo de los dos primeros es convencer a los indecisos. De manera hipotética, si todos éstos votarán por Vázquez Mota, ella obtendría, por lo menos, entre 44% y 52% de los votos y López Obrador, entre 42 y 44 por ciento.
En ese caso, que es muy remoto, la primera estaría en condiciones todavía de ganar, pero ya no López Obrador.
La única posibilidad de pueda ser derrotado Peña Nieto, a partir de los actuales números, es que éste pierda votos, como le pasó a Labastida y López Obrador, en el 2000 y el 2006, y Vázquez Mota y López Obrador, a su vez, los ganen.

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lunes, 9 de abril de 2012

EL NUEVO CONGRESO

Las encuestas indican, al inicio de la campaña electoral, que ningún
partido obtendría la mayoría simple en las cámaras de Senadores y
Diputados, y que el Presidente de la República, que surge de esa misma
elección, volverá a enfrentarse a la realidad de un gobierno dividido,
con los problemas que acarrea.

El PRI obtiene 36% de las preferencias efectivas del voto para Senador;
el PAN, 32%; el PRD, 15%; el PVEM, 8%; el PT, 5%; el MC, 2%, y el Panal,
2 por ciento.

El PRI y su aliado, el PVEM, alcanzan 44% y la suma de las "izquierdas"
llega a 22 % (Reforma 28/03/12).

El PRI-Panal serían la primera fuerza, el PAN la segunda y la tercera
el PRD-PT-MC. A los primeros les faltaría 7% para obtener la mayoría
simple (51%) requerida para votar gran parte de las leyes. El PRI-PVEM
siempre necesitaría al PAN o la alianza de izquierda para sacar
adelante sus iniciativas.

Los números son semejantes al nivel de los diputados y la preferencia
efectiva del PRI es de 37%; la del PAN, 32%; la del PRD, 17%; la del
PVEM, 6%; la del PT, 4%; la de MC, 2%, y el Panal, 2 por ciento. El PRI
y su aliado, el PVEM, llegarían a 43%, y la suma de las izquierdas, a
23 por ciento.

El PRI-Panal sería la primera fuerza, el PAN la segunda y la tercera
el PRD-PT-MC. A los primeros les faltaría 8% para obtener la mayoría
simple (51%) y, al igual que en el Senado, siempre necesitarían al PAN
o la alianza de izquierda para llevar adelante sus propuestas de ley.

Si la elección resulta como registra esta encuesta, todavía pueden
pasar muchas cosas; el PRI-PVEM, que obtiene la mayor intención
efectiva de los votos, en las cámaras de Senadores y Diputados sólo
tendría una mayoría relativa que no le alcanza para hacer pasar leyes
y siempre estaría obligado a la negociación.

El Presidente electo, no importa el partido, una vez más se vería
ante la realidad, como ha sucedido desde 1997, de un gobierno dividido
que dificulta o hace imposible que el Congreso le apruebe las
iniciativas de ley que les mande.

La situación se revela problemática e incluso grave y anuncia que las
grandes reformas legislativas seguirán "atoradas" en el Congreso. La
solución de buena parte de los "frenos" que tiene el país pasan por
reformas a la Constitución.

El próximo Presidente puede ser buen político y administrador, pero
si no envía al Congreso las reformas legislativas estructurales que
urgen, y consigue que se las aprueben, se habrán perdido otros seis
años. Muchos de los cambios que el país requiere no pasan por el
Ejecutivo, sino que demandan el acuerdo de las fuerzas políticas
representadas en el Congreso, todavía más cuando todo indica que
ninguna de ellas obtendrá la mayoría simple, ya no se diga la
calificada (75%) requerida para cambiar la Constitución.

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martes, 3 de abril de 2012

7,000 millones

Los demógrafos sostienen que en el primer año de la era cristiana había solo 200 millones de habitantes en el mundo y que al inicio del siglo XIX, en 1804, la población mundial llegaba a los 1,000 millones. Ésta, en 18 siglos, apenas se quintuplicó.

La ONU anunció el nacimiento de la persona 7,000 millones en noviembre de 2011. En 1999 los habitantes de la tierra eran 6,000 millones. Así, la población creció en 1,000 millones en sólo doce años a un ritmo promedio de 83 millones por año.

En solo 81 años, entre 1930 y 2011, nacieron 5,000 millones de personas. Las expectativas son que la población mundial llegue a los 9,306 millones en 2050 y a 10,125 millones en 2100, al terminar el siglo. El crecimiento acelerado de la población se explica, sobre todo, por los avances científicos y el acceso generalizado a la medicina, asegura la ONU.

La esperanza de vida al inicio del siglo XX, en 1900, era de sólo 31 años, a la mitad del siglo había llegado a los 48 años y al final del mismo a 70 años (72 los mujeres y 68 los hombres). El promedio de vida de escandinavos y japoneses supera los 80 años, pero en el África subsahriana es solo de 55 años y en Afganistán de 44 años, el más bajo del mundo.

El crecimiento más acelerado de la población ahora ocurre en Asia y África y así será hasta el 2050 donde se estima que Asia dejará de crecer e incluso empezará a reducir su población, pero África seguirá creciendo todavía después del 2100.

En los últimos 30 años el mayor aumento de la población mundial ha tenido lugar en el África subsahariana al pasar de 390 millones a 883 millones. Esa zona se calcula pueda tener 2,000 millones en 2050, según la ONU.

La población ahora se distribuye así: En Asia viven 4,207, millones de personas; en África, 1046; en Europa 739 millones; en América del Sur, Centroamérica y el Caribe, 497 millones; en Norteamérica (incluyendo a México), 450 millones; en Oceanía, 37 millones.

El 83 % de la población de Norteamérica es urbana; el 78 % en América del Sur, Centroamérica y el Caribe; el 72.2 % en Europa; el 69.4 en Oceanía; el 42.9 % en Asia y el 41.3 % en África. La gran pregunta es ¿Cómo gestionar un planeta con tanta gente?



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miércoles, 21 de marzo de 2012

¿A qué viene el Papa?/Rubén Aguilar Valenzuela

La visita de Benedicto XVI a México ha despertado las más diversas interpretaciones y se mueven en el espectro amplio que va desde quienes aseguran que su presencia obedece a motivos estrictamente religiosos hasta los que afirman que se inscribe en el marco de la estrategia electoral del PAN.
Las razones responden a la importancia que América Latina tiene para la Iglesia Católica y el papel específico de México como segunda cristiandad del mundo, la primera corresponde a Brasil. La pregunta, entonces, no es ¿por qué viene el Papa?, sino ¿por qué no había venido?
Con su viaje, el Papa trata de “reparar” el error de no haber visitado el país después de siete años de estar en el cargo. El portavoz del Vaticano, el jesuita italiano Federico Lombardi, asegura haber escuchado decir al Pontífice: “Si tengo la oportunidad de volver a América Latina, México es una prioridad”.
La política de la Santa Sede es clara e implica que el jerarca de la Iglesia Católica Apostólica Romana debería volver a visitar América Latina, después de que sólo había estado en Brasil para presidir la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en el 2007.
Esta decisión implicaba, como lo plantea Lombardi, que “de hacer un nuevo viaje a América Latina, México era una meta ineludible”.
Esta visita a México y luego a Cuba, el Vaticano la asume como si se hiciera a la región. El portavoz afirma que el Papa “conoce (...) la gran importancia que tiene América Latina para la humanidad y para el futuro de la Iglesia Católica, por encontrarse allí el mayor número de católicos del mundo” y añade: “Las visitas a México y a Cuba son (...) una ulterior prueba del empeño, interés y gran afecto que siente el Papa por ese continente”.
Las razones de la visita del Pontífice a México son religiosas y también políticas, pero no electorales. El Estado Vaticano tiene relaciones diplomáticas con México y siempre mantendrá contacto con quien gobierne, sin importar de qué partido sea. Está en el interés del Vaticano que México siga siendo mayoritariamente católico.
Le importa que los obispos y los católicos mexicanos se sientan identificados con el Papa y con la Santa Sede. Quiere dejar claro, aunque sea a destiempo, que nuestro país es muy importante y, como afirma el portavoz del Vaticano, el Papa con su visita responde “al gran afecto y enorme deseo de recibirlo que siempre le ha manifestado el pueblo mexicano”.
El Vaticano entiende la visita del Papa a México y Cuba como “un expreso reconocimiento de la dignidad de América Latina, hecho que seguramente se traducirá en un estímulo para que todas sus naciones puedan seguir desarrollándose en el marco de la paz, la justicia y la libertad”. Su verdadero interés reside en que la mitad de los 1,000 millones de católicos en el mundo vive en la región y, de ellos, casi una quinta parte habita en México.

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martes, 20 de marzo de 2012

PROYECCIONES PARA EL AÑO/RUBÉN AGUILAR VALENZUELA

Ya han pasado los tres primeros meses del 2012 y entre los
especialistas hay una idea más clara de cuáles pueden ser los números
de los grandes indicadores económicos al final del año. Todo indica
que la disputa electoral no los va a modificar y tampoco el resultado de
la misma.

Hay acuerdo entre los analistas que el PIB en 2012 crecerá 3.4 % y en
el 2013 será del 3.5 %. Es menor al del 2011, pero estará arriba de
Brasil y de otras economías de la región. El crecimiento de la
actividad industrial llegará al 3.4 % en 2012 y en 2013 al 3.5 por
ciento. Éste rubro de la economía crecerá igual que el PIB.

La inflación al cierre del 2012 se estima en 3.80 % y para el 2013 se
calcula en 3.65 por ciento. Sigue siendo un dato positivo en sí mismo,
pero todavía más si se compara con el comportamiento de la inflación
en otros países de la región.

La inversión extranjera directa en 2012 se pronostica en 20,323
millones de dólares y en 20,935 millones de dólares para el 2013. La
cifra es mayor que la del 2011 y vuelve a ubicarse en tasas superiores a
los 20,000 millones de dólares.

El déficit de la balanza comercial se espera de 5,078 millones de
dólares en 2012 y de 5,711 millones de dólares en 2013. En 2011 las
exportaciones fueron de 349,000 millones de dólares y las importaciones
de 350,000 millones de dólares. Se espera que las exportaciones sigan
creciendo.

La mezcla nacional de petroleó para la exportación tendrá un
promedio de venta de 96.40 dólares por barril al cierre del año. Al
terminar el 2013 el precio promedio será de 99.10 dólares por barril,
que representa una cantidad menor a la que alcanzó el promedio
anualizado del 2011 que fue de 103.00 dólares por barril.

El tipo de cambio promedio cerrará el 2012 en 12.89 peso por dólares
y se estima que llegue a 12.66 por dólar en 2013. La tasa de referencia
del Banco de México (Banxico) al fin del 2012 se estima en 4.25 % y de
5.25 por ciento en 2013.

Los analistas no ven en los mercados y tampoco en el entorno político
datos que puedan modificar estas proyecciones. En general son datos
mediocres, pero lejanos a los escenarios de crisis recurrentes al cambo
de gobierno antes del 2000.

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