lunes, 22 de julio de 2013

Reseña: Dios mío... ¿por qué?

Por: Rubén Aguilar Valenzuela

Reflexiones de Abbé Perre, vicario de la catedral de Grenoble e integrante muy activo de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, sobre por qué vivir, celibato y matrimonio, y la ordenación de las mujeres, entre otros temas


Dios mío… ¿por qué?
Abbé Pierre
Ediciones B
Barcelona, 2006
pp.110


Henri Grovés, el Abbé Pierre, nació el 5 de agosto de 1912 en el seno de una familia de la alta burguesía de Lyon, Francia. A los 19 años, con la renuncia notarial a su herencia, ingresa al noviciado de los religiosos  capuchinos. Ahí toma el nombre de Philippe. Se ordena sacerdote el 24 de agosto de 1938. Deja la congregación religiosa y pasa al clero secular.
En la Segunda Guerra Mundial se le nombra vicario de la catedral de Grenoble. Durante la ocupación de Francia por los alemana monta, con ayuda de otros religiosos, una extensa red para salvar la vida de judíos. Esta estructura los sacaba con papeles falsos hacia Suiza.
Ingresa a la Resistencia Francesa con el seudónimo de “Pierre” (me llama la atención que sea el mismo que yo escogí, Pedro, cuando ingresé a la guerrilla en las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) “Farabundo Martí” en El Salvador). Al terminar la guerra se dedicó a la política y fue elegido diputado por seis años (1945-1951), en las filas del Movimiento Republicano Popular (MPR).
En 1949 funda la “Comunidad de Emaús”, que será su gran obra. En Francia, durante el invierno de 1954, se presenta en la radio y logra una gran convocatoria. Miles de personas se solidarizan con víveres, ropa y dinero. Como diputado logra que el Parlamento otorgue un crédito para instalar 12,000 albergues de emergencia.
A partir de 1955 inicia sus constantes viajes por el mundo ampliando la obra de las Comunidades de Emaús, que ahora están presentes en los cinco continentes con 450 centros en más de 40 países.
En el texto, con un preámbulo de Fréderic Lenoir, director de Le Monde des Religions, el Abbé Pierre reflexiona y nos da sus puntos de vista, siempre poco convencionales, en torno a 26 temas, muchos de ellos de frontera. Entre otros: ¿Por qué vivir?; celibato y matrimonio; la ordenación de las mujeres; la Eucaristía; Jesús…
Lo que el Abbé Pierre sostiene y propone se funda en la riqueza de su propia vida. Es la reflexión coherente y reconfortante de un hombre bueno. Murió en Paris en 2007.

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