jueves, 6 de diciembre de 2012

Pacto por México, la estructura orgánica



Los pactos, como otros muchos acuerdos que se firman entre los políticos o de éstos con la sociedad, suelen quedarse sólo en buenas intenciones, entre otras cosas, porque nunca se acompañan de los mecanismos operativos que los hagan posibles. El Pacto por México tiene muchas virtudes, pero una central es que nace con una estructura de ejecución.

La primera instancia es el Consejo Rector, formado por 12 integrantes: tres representantes del gobierno federal, nombrados por el Presidente de la República, y tres representantes por cada uno de los partidos firmantes; el PRI, el PRD y el PAN. Éstos serán designados por el Comité Ejecutivo Nacional de cada partido.

Se pretende que los integrantes de este órgano tengan el aval de sus organizaciones y también la capacidad, por lo mismo, de tomar decisiones a nombre de éstas. De otra manera, se convertiría en una instancia burocrática de corre, ve y dile, que necesariamente estaría destinada al fracaso.

Las funciones del Consejo Rector son: articular las negociaciones; definir objetivos; determinar mesas de trabajo; establecer el calendario de trabajo y, también, es una tarea clave que puede hacer viable lo que se decida, elaborar las iniciativas de ley que se requieran, para después, ya con el acuerdo de los representantes de los partidos, someterlas a discusión y, en su caso, aprobación del Congreso de la Unión.

La segunda estructura es la Coordinación Técnica, integrada por cuatro miembros: un representante del Presidente de la República y un representante del Presidente del PRI, del PRD y del PAN. Esta instancia tiene como tareas centrales: dar seguimiento a los acuerdos del Consejo Rector; a los acuerdos de las mesas de trabajo por materia y también hacerse cargo de la comunicación y difusión de los trabajos, para que la ciudadanía esté informada.

Un problema muy frecuente en este tipo de mecanismos es que nunca está resuelto y por lo mismo se presta, de un lado, a continuos problemas y tensiones, y de otro, la sociedad nunca termina por enterarse de lo que ahí se discute y acuerda. En principio, esto también ha sido resuelto.

Lo aprobado, forma parte del pacto, es que la comunicación de los avances y de los acuerdos tomados se hará siguiendo un procedimiento, acordado de manera conjunta por las cuatro partes, que también designarán, para cada caso, a los voceros que informarán a la opinión pública. El Consejo Rector cuenta ya con una página web: www.pactopormexico.org

Llama a la esperanza que el Pacto por México contemple, además de los grandes temas de la discusión, sin duda relevantes, la existencia de mecanismos operativos responsables de la coordinación, del seguimiento de los acuerdos y también de la comunicación de lo que se está haciendo. Es un modelo novedoso y habrá que ver si realmente cumple con las expectativas que ha despertado.

Ya veremos.

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