viernes, 14 de diciembre de 2012

Crímenes: ¿La justicia es justa?



Al terminar cada uno de los sintéticos y contundentes relatos de Crímenes, uno se cuestiona: ¿Qué hubiera hecho yo en ese caso? ¿Ese criminal tenía otra salida? El comentario de Le Figaro sintetiza bien esa sensación: “Lo más perturbador es que, situados en las mismas circunstancias, nosotros quizá habríamos cometido los mismos crímenes”

Crímenes

Ferdinand Von Schirach

Ediciones Salamandra

Barcelona, 2011

pp.187


Son once narraciones de los crímenes cometidos por otras tantas personas, que el autor defendió en su calidad de abogado penalista en Berlín. A lo largo de su vida se ha enfrentado a más de 700 casos. El texto se escribe a partir de las vivencias del abogado-autor, que penetra no sólo en los hechos sino en la situación y, sobre todo, en la personalidad de los homicidas, que son personas comunes, como cualquier otra.

Estas personas en una circunstancia y momento se vieron ante una situación que terminó en el asesinato. En el texto no hay juicios de valor. Sólo una narrativa coherente de los acontecimientos, que hablan por sí mismos. La economía del lenguaje es notable. El texto tiene gran fuerza por su sobriedad y concisión. No hay adjetivos y sí precisión en cada línea y palabra que se usa.

El autor sostiene que: “El abogado defensor no se hace amigo de su cliente. Mantiene la distancia, solo es un observador. No juzga, no moraliza, no lo abandona. Esta actitud profesional y desinteresada resulta importante para el acusado. Todo lo que se dice se encuentra protegido por el secreto profesional del abogado. Él puede abrirse, porque sabe que no va a ser traicionado. Y es más fácil que con un cura, porque el abogado no juzga. Sólo el tribunal puede decidir si es culpable. Si lo absuelve, el cliente no es culpable. No importa si yo lo considero culpable o no”.

Al terminar cada uno de los sintéticos y contundentes relatos, uno se cuestiona: ¿Qué hubiera hecho yo en ese caso? ¿Ese criminal tenía otra salida? El comentario de Le Figaro sintetiza bien esa sensación: “Lo más perturbador es que, situados en las mismas circunstancias, nosotros quizá habríamos cometido los mismos crímenes”.

Del texto se derivan también otras muchas preguntas sobre la justicia y los procesos a los que se ven sometidos los acusados y también sobre los castigos que estos reciben. ¿Qué es la justicia penal? ¿Se puede llegar a la verdad en los procesos judiciales? ¿La justicia es justa?

El texto es literatura y no sólo descripción objetiva y bien escrita de expedientes judiciales. En una entrevista él mismo dice: “Todo es literatura, aunque solo sea por el hecho de que un caso de homicidio ocupa 15 carpetas y mi relato unas pocas hojas. Las carpetas son realidad, lo otro, literatura. Lo interesante es que la literatura resulta más verdad que la investigación. He cambiado nombres, por supuesto. Lo que queda es la esencia del caso”.

La obra ha recibido muy buenos comentarios de la crítica y también de los lectores. En Alemania fue un verdadero acontecimiento y se mantuvo por casi un año en la lista de los libros más vendidos. Ha sido traducido a más de 30 idiomas. Se lee con mucha facilidad y uno no quiere soltar el libro hasta terminar. Lo leí de corrido en un vuelo de avión.



Versión original: Verbrechen, Piper Verlag GmbH, Munich, 2009. Traducción de Juan de Sola.

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