viernes, 11 de enero de 2013

La carroza de Bolívar

Rubén

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Este libro de Evelio Rosero articula y entrecruza cuatro historias, cuyo ir y venir es resuelto por el autor de forma magistral: la del doctor Pastor y su familia; la de Pasto y sus tradiciones; la de la Colombia de los años 60 con la presencia de la guerrilla y el narco; la de Simón Bolívar. Cada una tienen su lugar, pero al mismo todos se cruzan y pasan a formar parte de un todo, de una sólo historia, la que cuenta Rosero.

La carroza de Bolívar
Evelio Rosero
Editorial Tusquets
México, 2012
pp. 389

En apariencia todo parece funcionar muy bien en la vida del doctor Justo Pastor Proceso: es un reconocido y apreciado ginecólogo en Pasto, una pequeña ciudad al sur de Colombia; está casado con una mujer muy guapa,  Primavera Pinzón; tiene una hija pequeña y otra adolescente, una buena casa y una finca a las afueras de la ciudad, para pasar días de campo. Su afición es investigar la verdadera historia de Simón Bolívar (1783-1830), a partir, sobre todo, del estudio de la obra del historiador nariñense José Rafael Sañudo Rafael Sañudo (1872-1943).
Ese mundo aparentemente idílico empieza a desmoronarse con ocasión de la fiesta de los Inocentes y el desfile del Carnaval de 1966. El doctor, para esa ocasión, encarga al maestro Tulio Abril una carroza alegórica, que ofrece su visión del Libertador. Él piensa que ésa es una buena forma de dar a conocer sus ideas sobre quién fue Bolívar realmente. La fabricación de la carroza se mantiene en secreto. En la medida que sus amigos, las autoridades, el Ejército, la guerrilla y demás se enteran de lo que pretende el doctor la situación se le empieza a complicar.
Todos se oponen a su proyecto, pero él sigue adelante y empieza, entonces, a sufrir las consecuencias de su decisión. Poco a poco pierde a sus amigos, pero también el respeto de los otros. El escultor que elabora unas tablas que van a estar en la carroza es atacado y las piezas destruidas. En ese cambio de escenario, producto de su “herejía”, se da cuenta también que su mujer tiene un amante, que sus hijas no lo quieren, que sus amigos se han aprovechado siempre de él.
En la obra, Rosero articula y entrecruza cuatro historias: la del doctor Pastor y su familia; la de Pasto y sus tradiciones; la de la Colombia de los años sesenta con la presencia de la guerrilla y el narco; la de Simón Bolívar. La manera que el autor resuelve el ir y venir de estas cuatro historias es magistral. Todos fluyen y ninguna se siente forzada. Cada una tienen su lugar, pero al mismo todos se cruzan y pasan a formar parte de un todo, de una sólo historia, la que cuenta Rosero.
La historia presente transcurre entre fines de 1966 y comienzos de 1967. En esa época buena parte del  Continente, Colombia no era la excepción, vivía una etapa de afanes revolucionarios. La novela da cuenta de ellos. En ese entorno se mueve la vida de Pasto y los pastusos con sus costumbres y maneras. Ahí es donde ocurre la historia personal del doctor Pastor y su familia. Es una vida, como la de todos, con alegrías, tristezas, amistades, encuentros, desencuentros, amores, infidelidades, despecho, rabia, odio, estupidez, violencia, heroísmo, entrega y generosidad. De todo eso que hace la vida cotidiana, la de todos los días.
La cuarta historia ofrece una revisión crítica, que resulta  demoledora, de la figura del Bolívar construida por la historia oficial. El autor plantea que esta nueva forma de ver al Libertador se basa en documentos de los cronistas de la época y también de las versiones sobre los hechos que han pasado de boca en boca, generación tras generación. La obra Estudios sobre la vida de Bolívar del historiador nariñense José Rafael Sañudo resulta clave, pero no es el único texto crítico sobre la figura de Bolívar.
La primera de todas, para mencionar algunos, es   Memorias de Simón Bolívar y de sus principales generales, publicada en 1828, obra de Ducoudray-Holstein (1772-1839), que conoció personalmente al venezolano. Está también la crítica de Carlos Marx (1818-1883) quien en 1858 retrató a Bolívar como dictador y un “Napoleón de las retiradas” por su persistencia en la derrota, por lo menos antes de 1819. En 1951, Salvador de Madariaga (1886-1978), el humanista español, publicó Bolívar, en la que lo acusa de hombre cruel, ávido de gloria y exhibicionista pomposo.
Rosero ofrece una crónica precisa del paso de Bolívar por el sur de Colombia. Detalla los hechos de la famosa navidad negra, el 24 de diciembre de 1822, cuando Sucre y Sanders, por órdenes de Bolívar, envisten contra Pasto, ciudad indefensa. En esos días habitada sólo por mujeres, niños y ancianos. El 25 de diciembre amanecieron 400 muertos. Da cuenta también del fusilamiento de Piar y la traición a Francisco Miranda que Bolívar entrega a los españoles, para que lo fusilen.
El texto de Rosero es gran literatura y pienso es una obra mayor. Sorprende la manera como mezcla las cuatro historias a las que hago referencia, pero también llama la atención los retratos que hace de cada personaje, la capacidad para penetrar en ellos, para decirnos quiénes son, que sienten y cómo piensan. La solidez de la investigación histórica en torno a la figura de Bolívar; la manera en que recrea las batallas, los asesinatos y la persecución de las niñas vírgenes, que gustaban al venezolano.
La escritura de Rosero es poderosa, rica y al mismo tiempo es diáfana y directa. Nunca se pierde. La narración avanza, va y viene en el tiempo, pero con una claridad que siempre se agradece. La nitidez con la que avanza la historia supone un trabajo riguroso, una depuración permanente de cada oración, precisamente para que tenga fuerza y no haya posibilidad de confusión. La novela me gustó mucho.

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