viernes, 17 de febrero de 2012

Movimiento, ritmo y música: Una biografía de Gloria Contreras

Mitchell Snow
Fondo de Cultura Económica (FCE)
México, 2008
pp. 318
Texto que leí en la presentación del libro el 21 de abril de 2009 en la Librería del Fondo Rosario Castellanos, México, D.F.:
Estoy muy agradecido y contento de estar aquí y compartir con Guillermo, Martín, Humberto, Mitchell y sobre todo con Gloria esta presentación.
Felicito al Fondo por haber publicado esta biografía de Gloria, que recoge el trabajo minucioso y puntual de Mitchell Snow. Este es un texto que hacía falta. Gloria es una de esas personas que tienen el privilegio, no son muchas, de saber desde siempre, desde que era muy niña, lo que quería ser: bailar. Eso ha hecho toda su vida. Ha tenido siempre la determinación y el coraje que se han necesitado para ser fiel a esa vocación inicial.
Una foto, presente en el libro, hecha poco antes de viajar por primera vez al extranjero, la revela con claridad:
De un lado, la delicadeza y suavidad de su bello rostro y torso y de otro, la fuerza y energía formidable de sus piernas. Suavidad y delicadeza, pero también fuerza y energía hacen de Gloria lo que ella es y lo que ella nos ha dado a lo largo de su vida.
¿Qué destacar? ¿Qué subrayar de las múltiples facetas que hacen de Gloria una persona, una artista, excepcional?
El libro de Mitchell, es parte de su mérito, nos presenta todas.
¿Cuál?
¿La artista y creadora?
¿La luchadora incansable?
¿La mujer culta?
¿La bailarina?
¿La coreógrafa?
¿La pedagoga y maestra?
¿La creadora de cultura de la danza?
¿La constructora de audiencias?
¿Cuál?
¿Cuál es la más importante?
En ella, todas.
Hoy, desde mi propia experiencia, quiero destacar dos de esas facetas. La primera: La artista y creadora de coreografías. Ella estudia primero a profundidad la partitura escrita por el músico y después sobre ella, al tiempo que oye la orquesta, imagina y anota sobre el pentagrama los pasos que articulan la música y el movimiento de los cuerpos.
La artista y creadora de coreografías, que asume que ese acto de creación debe también tener en cuenta, habla de su conciencia de la realidad, las posibilidades y los límites de las mujeres y los hombres que van a ejecutar esos movimientos y pasos por ella creados.
Recuerdo ahora una tarde deliciosa y única, inolvidable, en su casa de San Ángel, donde me compartió, partitura y lápiz en mano y con la música al fondo, como creaba sus coreografías, cómo articulaba en su imaginación, en un acto puro de creación, la música y el movimiento.
La segunda: La pedagoga y constructora de cultura y de audiencias. La que ha hecho en estos casi cuarenta años del Taller Coreográfico de la UNAM, que miles y miles de universitarios y sus familias se hayan acercado a la danza y aprendido a gozar de ella, que hayan tenido la posibilidad de vivir una real y profunda experiencia estética, que descubrieran las inmensas posibilidades de la belleza, que la hicieran suya.
Temporada tras temporada, las funciones de los miércoles en el teatro Carlos Lazo de la Facultad de Arquitectura y los domingos en la Miguel Covarrubias del Centro Cultural de la Universidad, están siempre llenas.
Cuando asisto tengo sentimientos encontrados.
¿Qué es más hermoso? ¿Qué me conmueve más? ¿Qué gozo más? ¿Lo que veo en el escenario o lo que percibo de la reacción del público, amplio y plural, que veo experimenta y goza de la belleza en el más absoluto de los silencios?
Es la magia del acto de creación de Gloria, pero también su trabajo tesonero y sistemático, sin nunca dejarse derrotar, para crear audiencias y formarlas en la apreciación de la belleza. En la apreciación de esa manifestación que nace con el hombre mismo que es la danza. En la apreciación de esa expresión compleja del arte que implica los cuerpos, la  música, el movimiento, pero también el vestuario, la escenografía, el color y la luz.
Gloria, mil gracias por lo que eres y nos has dado.
Mil gracias por esa vida, la que cuenta el libro, que ahora a través de la escritura también es nuestra, nos pertenece. Mi admiración, mi respeto y mi cariño.
Esto brevis et placebis
Muchas gracias.

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