miércoles, 17 de octubre de 2012

Cuba, sí se salva

A la desaparición de la Unión Soviética, a principios de los 90, lo mejor que le ocurrió a los dirigentes cubanos fue la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia de Venezuela en 1998. Los subsidios y préstamos a cargo de los soviéticos pasaron a ser responsabilidad de los venezolanos.

La relación de Fidel Castro y Hugo Chávez ocurrió de manera casual. En 1994, el Presidente venezolano Carlos Andrés Pérez recibió en Caracas a Más Canosa, líder de la disidencia cubana en el exilio, y Castro, en venganza, invitó a La Habana a Chávez, que salía de la cárcel luego de haber intentado un golpe de Estado en 1992.

Chávez quedo “deslumbrado” por Castro y la recepción que éste le brindó, me cuenta un periodista que ha sido testigo de la historia reciente de Venezuela. A partir de entonces inicia la relación de estos dos dirigentes políticos, que se ha profundizando con el tiempo.

El gobierno que encabeza Chávez “dona” 120,000 barriles diarios de petróleo a Cuba, que equivalen a unos 5,000 millones de dólares anuales, que representa 4.4% del PIB cubano, que en el 2010 llegó a los 114,000 millones de dólares.

Las autoridades cubanas envían a Venezuela, a manera de “pago”, a 30,000 médicos y 15,000 maestros para desarrollar trabajo social en las zonas más lejanas y pobres del país. Así, cada uno de estos “cooperantes” cubanos cuesta al gobierno venezolano 113,400 dólares anuales.

El reciente triunfo electoral de Chávez, que permanecerá en el poder hasta el 2019, garantiza al gobierno de Cuba otros seis años de la dotación gratuita de petróleo gracias a Chávez, que lleva 14 años en el poder.

En el 2002, después del intento del golpe de Estado contra Chávez, se intensificó la relación de éste con el gobierno cubano. Los cubanos, para la elección del 2004, apoyan a Chávez con la Operación Barrio Adentro, cuando llegan masivamente los médicos y maestros que a su labor social añaden el trabajo político en favor del candidato. Su acción resultó clave para el triunfo de Chávez.

Después del frustrado golpe de Estado, donde el Canciller Jorge Castañeda y el Presidente Vicente Fox jugaron un papel central para que Estados Unidos respetara el orden institucional y no se sumaran a los golpistas, la seguridad personal de Chávez y también la inteligencia quedaron a manos del gobierno cubano.

En la actualidad, sigue siendo un punto de tensión entre el Ejército de Venezuela y Chávez.

Henrique Capriles, el candidato opositor ahora derrotado, había anunciado que si ganaba se iba a revisar toda la cooperación venezolana con Cuba y que de inmediato se suspendería el “regalo” del petróleo y que esos recursos serían invertidos en programas del gobierno para hacer frente a las necesidades de los venezolanos. Con el triunfo de Chávez, las autoridades cubanas se salvaron. ¿Hasta cuándo?

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