¿Cómo financiar el nuevo modelo de periodismo? ¿Cómo elevar su calidad? ¿Cómo evitar la fragmentación? ¿Cuál es el nuevo criterio de unidad? ¿Qué, quién y cómo regular?
Por: Rubén Aguilar
Bernardo Sorj, coordinador
Catálogos
Buenos Aires, 2012
pp. 332
Medios de comunicación y democracia: más allá de la confrontación entre
gobiernos y empresas, de Bernardo Sorj, en un artículo sintetiza la temática
tratada en los otros nueve artículos que tiene el libro. El punto de partida de
la discusión lo señala el autor: “no existe democracia sin un periodismo capaz
de actuar libremente para informar e investigar los errores, abusos y excesos
del poder público y del poder económico”. Desde esa consideración se plantea el
problema, de no fácil solución, que es la regulación pública de los medios de
comunicación. La calidad de la democracia pasa necesariamente por la correcta
solución de ese dilema.
En los países de la región, en unos más que otros, el tema ha provocado
la confrontación entre los gobiernos y los medios. Ambos se atrincheran en sus
posiciones y los dos reclaman a la democracia como razón de su alegato. El
surgimiento de la radio y la televisión, bienes públicos de acceso escaso,
lleva necesariamente a la creación de una legislación que regule su concesión
para “que limite la concentración y asegure la mayor diversidad de voces y
opiniones”. El tema de la escases es central en “la decisión de regular o no un
medio de comunicación”.
La regulación y el apoyo público a los medios es tema resuelto hace
años en Estados Unidos y buena parte de los países de Europa, pero en América
Latina todavía no. El arribo y consolidación de la democracia obliga a los
países de la región ponerse al día en la regulación y la creación de “agencias
reguladoras y empresas públicas independientes del poder gubernamental”. Esto
debe hacerse en el “nuevo contexto histórico, de transformación profunda de los
medios de comunicación, que han llevado a una crisis del modelo tradicional de
periodismo…”.
El impacto de las nuevas tecnologías en el periodismo
Nunca antes se había tenido acceso a tanta información y leído tanto.
Esto, que sin duda es una virtud, se enfrenta a la limitación de la calidad de
la noticia. La reducción de los tirajes de los periódicos, pero también de las
audiencias radiales y televisivas, ha obligado a reducir el personal y traído
“la disminución de la cobertura de los acontecimientos que afectan la
comunidad, disminuye la capacidad de los periódicos de monitorear, auditar y
denunciar los abusos, desperdicio, ineficiencia y corrupción de los órganos
públicos”. El Internet es un buen medio de investigación periodística,
disminuye costos, pero no suple la necesidad de la investigación de campo,
afectada por el recorte constante de personal.
La información que se accede por Internet resulta fragmentada, es mayoritariamente de opinión,
no es producto de un periodismo de investigación, se construye a partir del
esfuerzo de voluntarios y todavía no resuelve el modelo de negocio. Los medios
escritos que lo tenían resuelto están en crisis y el periodismo de Internet
todavía no lo soluciona. En el aire están preguntas que requieren urgente
respuesta: ¿Cómo financiar el nuevo modelo de periodismo? ¿Cómo elevar su
calidad? ¿Cómo evitar la fragmentación? ¿Cuál es el nuevo criterio de unidad?
¿Qué, quién y cómo regular?
En todos los países se comparten preocupaciones en torno a las
preguntas anteriores. La actual realidad de los medios se rige por un proceso
de convergencia tecnológica creciente que se profundizará en los años por
venir. El nivel de desarrollo de los países influye en la velocidad del
proceso, pero nada más. La “disolución”
de fronteras entre un medio y otro abre campo a nuevos problemas y también a la
regulación. Antes cada medio, para decirlo de alguna manera, era claro y
distinto, pero ya nunca más será así.
Esta realidad, expresión de la civilización que ahora se construye,
plantea nuevos problemas de moral pública. El autor advierte en la necesidad de
garantizar el derecho a la privacidad. Las nuevas tecnologías y formas de
comunicación, aunque resultan más democráticas en términos de su acceso y
posibilidad de producción, no eliminan la práctica de las “nuevas tendencias
oligopólicas, en las cuales algunos pocos portales, sistemas de busca y redes
sociales concentran la mayor parte del tráfico y poseen bancos de datos de
usuarios, cuyas consecuencias para la vida democrática pueden ser
cuestionables.”
El nuevo contexto
La nueva realidad -cultural, social, política, económica y tecnológica-
ha transformado la relación entre el gobierno y los medios. En la región ocurre
en medio de una clara fragilidad de las
instituciones democráticas, mismas que deben garantizar la transparencia y la
existencia de mecanismos que permitan los contrapesos y equilibrios del poder.
En la crisis de las ideologías y la creciente mediatización de la
disputa por el poder, los grandes conglomerados mediáticos se han convertido en
la “principal fuerza aglutinadora de sectores de opinión pública que se oponen
al gobierno”. El poder de los medios ha estado ahí siempre y ha sido clave en
la formación de la opinión pública, pero estos conglomerados han ampliado su
capacidad de intervenir en el debate
público. Esto lleva a la necesidad de contar con medios más responsables y
plurales.
La revolución tecnológica ha cambiado la manera de producir y
distribuir la información y ha modificado, lo seguirá haciendo, la relación
entre los conglomerados empresariales del sector de las comunicaciones. Los
nuevos campos de acción abiertos por la revolución tecnológica generan espacio
para que los gobiernos propongan cambios en la estructuración del sector y en
las leyes que los regulan.
Los desafíos
El autor anota que aunque avanza el proceso de innovación tecnológica
la televisión en América Latina sigue siendo la fuente de noticias más
importantes, para las grandes audiencias y los periódicos, el medio que
utilizan las élites y la clase media alta. La convergencia tecnológica de los
distintos medios y la reiteración cruzada de la información señala el camino de
ese espacio nuevo que se construye en el triángulo indisoluble entre tecnología, medios e información.
La democracia, para fortalecerse, requiere de un periodismo de calidad
que, a su vez, exigen de la investigación seria y, sobre todo, la garantía de
independencia total del gobierno en turno. El camino a seguir es claro, pero
nada fácil. La crisis económica de los medios, los lleva, a veces aunque no lo
quieran, a acuerdo de publicidad con los gobiernos que acotan el margen de
independencia.
En el marco de una realidad común, es muy distinta la situación que
guarda la relación entre los medios y el poder en cada uno de los países de la
región. En este entorno, más complicado en unos países que en otros, “la
elaboración de una nueva legislación enfrenta una variedad de problemas,
algunos asociados a pesos muertos del pasado, en otros casos a las
complejidades del presente”, y el autor añade “no está de más recordar que
cualquier legislación deberá orientarse en primer lugar por el objetivo de
asegurar la libertad de expresión de los ciudadanos frente al poder del Estado
y el poder económico.”
La regulación
El autor plantea de manera puntual y concisa los puntos nodales que
debe tener en cuenta la regulación de la acción del sector público y privado.
a) La regulación del sector
público
1. La distribución de concesiones (radio y televisión) exige contar con
una agencia reguladora. Sus decisiones estarán sujetas al escrutinio público.
La asignación del espectro contempla a las Organizaciones de la Sociedad Civil
(OCS) sin fines de lucro.
2. La autonomía de las emisoras públicas debe estar garantizada. La
independencia de cualquier injerencia externa, en particular del Poder
Ejecutivo, tiene que estar asegurada.
3. El uso y distribución de la dotación pública para publicidad oficial
debe ser transparente y políticamente neutral.
4. El favorecer a ciertos medios, apoyo a pequeñas y medias empresas,
debe realizarse de manera universal, transparente y abierta al debate y
escrutinio público.
5. La libertad de información incluye la obligación de los gobiernos de
informar de sus decisiones, presupuestos y gastos.
6. El acceso público de contenidos debe asegurase, pero al mismo tiempo
garantizar que estos no sean “parasitados” por sitios comerciales. La
neutralidad de la Red debe también ser una realidad.
b) La regulación del sector privado
1. El combate a la concentración de la propiedad debe orientarse, por
reglas claras y universales.
2. La Internet no ha substituido al periodismo profesional asociado a
empresas comerciales de comunicación, en particular los periódicos. En el nuevo
contexto debe asegurarse la continuidad estos medios. ¿Cómo?
3. El Poder Público debe impulsar políticas que favorezcan un mayor
pluralismo, para ellos establecer una política de apoyo universal al
surgimiento de nuevos periódicos, con subsidios que disminuyan los costos de
entrada en el sector.
4. Es necesaria concientizar a la sociedad para realizar una lectura
crítica de toda la información a la que tiene derecho a acceder.
Conclusiones
El autor propone cuatro grandes conclusiones, que en sí mismas ofrecen
una ruta de acción a seguir en el tema que ahora nos convoca:
1. En la discusión sobre la regulación de los medios no sólo debe
participar la parte directamente interesada, gobierno y medios, sino también
toda la sociedad. La academia y los
periodistas tienen papel relevante.
2. Es necesario una investigación más detallada sobre el estado actual
y papel del periodismo en cada uno de los países de la región.
3. El impacto de los nuevos medios de comunicación impacta la vida toda
y por lo mismo exige repensar el papel del Estado y de las empresas.
4. Los ciudadanos deben ser concientizados, para participar del debate
público para que el futuro, en lugar de atropellar, sea resultado de la
construcción colectiva.
Un comentario final
El texto de manera sintética y clara, esfuerzo logrado que debe
reconocerse, recoge, ordena y sitúa el problema de la regulación de los medios
en el marco de la realidad política y
económica de la región y el impacto de la revolución tecnológica sobre los
medios y la nueva relación que se establece entre estos y el poder.
La reflexión y el análisis que se ofrece a lo largo del trabajo se
enriquecen con datos y ejemplos, siempre pertinentes, que ilustran y aclaran lo
que se discute y dimensionan la importancia de los temas expuestos.
El texto de Bernardo Sorj, Medios de comunicación y democracia: Más
allá de la confrontación entre gobiernos y empresas, se propone como una guía,
para animar la discusión sobre el tema de la regulación, pero también ofrece
una orientación clara del camino que se debe seguir, para poder instrumentarla.
Los cuatro temas que se ofrecen en las conclusiones proponen de forma
precisa, a la manera de un plan de trabajo, lo que sigue, vuelvo sobre ellos:
Impulsar, en cada país, los procesos de construcción o reconstrucción de los
mecanismos de regulación de los medios con la participación de las OSC. Es un
tema urgente y particularmente difícil. El activismo de la sociedad civil
resulta clave.
Hay que impulsar de manera concertada en todos los países de la región
una investigación más detallada sobre el estado actual y papel del periodismo
en cada uno de los países de la región. El ejercicio del periodismo es muy
distinto, por causas diversas, en cada uno de los países de la región. Es una
tarea de largo alcance que cobra especial relevancia. Sin el ejercicio de la
libertad de expresión y de prensa no existe la democracia.
El papel del Estado, no solo del gobierno, y de las empresas dedicadas
a la comunicación debe ser repensado. El impacto de las nuevas tecnologías está
cambiando la vida de todos, la manera de aprender, de apropiarse de la
información y de valorar el mundo que se vive. Cada uno de estos temas, hay
muchos más, es objeto de investigación. Sabemos poco del resultado de ese
impacto, aunque somos objeto de él todos los días, y urge conocer más.
La concientización y la alfabetización de los ciudadanos en el uso de
las nuevas tecnologías se convierten en propósitos fundamentales de cualquier
proyecto educativo. La ciudadanía solo así podrá participar, está llamado a
eso, en la construcción de las políticas públicas y contribuir, desde el
espacio que le corresponde, a la construcción del presente y el futuro por
conquistar.
El texto está muy bien escrito y fluye. Se hace presente un lenguaje
directo, preciso y claro, que siempre se agradece, pero todavía más en un texto
técnico como este.
Los otros textos
De los textos que dan origen a la síntesis que
plantea Sorj seis tratan sobre la relación entre los medios y el poder en
América Latina: Transformaciones en el sistema de medios en la Argentina del
Siglo XXI, de Martín Becerra y Guillermo
Mastrini; La radiodifusión y la democracia en Brasil, de Eugenio Bucci; El
mercado como obstáculo a la libertad de expresión; Laconcentración de la prensa
escrita en Chile en la era democrática, de Javier Couso S.;Democracia,
información y medios de comunicación y poder político en Colombia, de Doris
Réniz Caballero; México: Medios, política y ciudadanos en la hora de la
conversión digital, de Raúl Trejo Delarbre; La libertad de expresión en el
laberinto democrático de América Latina, de Carlos D. Mesa Gisbert. Dos
trabajos tratan sobre temas específicos en Estados Unidos y Europa:La política
de Medios en Estado Unidos y la revolución global de la información, de Robert
Corn-Revere y Desafíos regulatorios en tiempos de transformación digital: Una
mirada sobre publicaciones
y editoras europeas, de Christoph Kese
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