lunes, 18 de febrero de 2013

Democracia y medios: más allá de la confrontación


¿Cómo financiar el nuevo modelo de periodismo? ¿Cómo elevar su calidad? ¿Cómo evitar la fragmentación? ¿Cuál es el nuevo criterio de unidad? ¿Qué, quién y cómo regular?


Por: Rubén Aguilar

Bernardo Sorj, coordinador
Catálogos
Buenos Aires, 2012
pp. 332

Medios de comunicación y democracia: más allá de la confrontación entre gobiernos y empresas, de Bernardo Sorj, en un artículo sintetiza la temática tratada en los otros nueve artículos que tiene el libro. El punto de partida de la discusión lo señala el autor: “no existe democracia sin un periodismo capaz de actuar libremente para informar e investigar los errores, abusos y excesos del poder público y del poder económico”. Desde esa consideración se plantea el problema, de no fácil solución, que es la regulación pública de los medios de comunicación. La calidad de la democracia pasa necesariamente por la correcta solución de ese dilema.
En los países de la región, en unos más que otros, el tema ha provocado la confrontación entre los gobiernos y los medios. Ambos se atrincheran en sus posiciones y los dos reclaman a la democracia como razón de su alegato. El surgimiento de la radio y la televisión, bienes públicos de acceso escaso, lleva necesariamente a la creación de una legislación que regule su concesión para “que limite la concentración y asegure la mayor diversidad de voces y opiniones”. El tema de la escases es central en “la decisión de regular o no un medio de comunicación”.
La regulación y el apoyo público a los medios es tema resuelto hace años en Estados Unidos y buena parte de los países de Europa, pero en América Latina todavía no. El arribo y consolidación de la democracia obliga a los países de la región ponerse al día en la regulación y la creación de “agencias reguladoras y empresas públicas independientes del poder gubernamental”. Esto debe hacerse en el “nuevo contexto histórico, de transformación profunda de los medios de comunicación, que han llevado a una crisis del modelo tradicional de periodismo…”.

El impacto de las nuevas tecnologías en el periodismo
Nunca antes se había tenido acceso a tanta información y leído tanto. Esto, que sin duda es una virtud, se enfrenta a la limitación de la calidad de la noticia. La reducción de los tirajes de los periódicos, pero también de las audiencias radiales y televisivas, ha obligado a reducir el personal y traído “la disminución de la cobertura de los acontecimientos que afectan la comunidad, disminuye la capacidad de los periódicos de monitorear, auditar y denunciar los abusos, desperdicio, ineficiencia y corrupción de los órganos públicos”. El Internet es un buen medio de investigación periodística, disminuye costos, pero no suple la necesidad de la investigación de campo, afectada por el recorte constante de personal.
La información que se accede por Internet resulta  fragmentada, es mayoritariamente de opinión, no es producto de un periodismo de investigación, se construye a partir del esfuerzo de voluntarios y todavía no resuelve el modelo de negocio. Los medios escritos que lo tenían resuelto están en crisis y el periodismo de Internet todavía no lo soluciona. En el aire están preguntas que requieren urgente respuesta: ¿Cómo financiar el nuevo modelo de periodismo? ¿Cómo elevar su calidad? ¿Cómo evitar la fragmentación? ¿Cuál es el nuevo criterio de unidad? ¿Qué, quién y cómo regular?
En todos los países se comparten preocupaciones en torno a las preguntas anteriores. La actual realidad de los medios se rige por un proceso de convergencia tecnológica creciente que se profundizará en los años por venir. El nivel de desarrollo de los países influye en la velocidad del proceso, pero nada más.  La “disolución” de fronteras entre un medio y otro abre campo a nuevos problemas y también a la regulación. Antes cada medio, para decirlo de alguna manera, era claro y distinto, pero ya nunca más será así.
Esta realidad, expresión de la civilización que ahora se construye, plantea nuevos problemas de moral pública. El autor advierte en la necesidad de garantizar el derecho a la privacidad. Las nuevas tecnologías y formas de comunicación, aunque resultan más democráticas en términos de su acceso y posibilidad de producción, no eliminan la práctica de las “nuevas tendencias oligopólicas, en las cuales algunos pocos portales, sistemas de busca y redes sociales concentran la mayor parte del tráfico y poseen bancos de datos de usuarios, cuyas consecuencias para la vida democrática pueden ser cuestionables.”

El nuevo contexto
La nueva realidad -cultural, social, política, económica y tecnológica- ha transformado la relación entre el gobierno y los medios. En la región ocurre en medio de una clara  fragilidad de las instituciones democráticas, mismas que deben garantizar la transparencia y la existencia de mecanismos que permitan los contrapesos y equilibrios del poder.
En la crisis de las ideologías y la creciente mediatización de la disputa por el poder, los grandes conglomerados mediáticos se han convertido en la “principal fuerza aglutinadora de sectores de opinión pública que se oponen al gobierno”. El poder de los medios ha estado ahí siempre y ha sido clave en la formación de la opinión pública, pero estos conglomerados han ampliado su capacidad de intervenir en el  debate público. Esto lleva a la necesidad de contar con medios más responsables y plurales.
La revolución tecnológica ha cambiado la manera de producir y distribuir la información y ha modificado, lo seguirá haciendo, la relación entre los conglomerados empresariales del sector de las comunicaciones. Los nuevos campos de acción abiertos por la revolución tecnológica generan espacio para que los gobiernos propongan cambios en la estructuración del sector y en las leyes que los regulan.

Los desafíos
El autor anota que aunque avanza el proceso de innovación tecnológica la televisión en América Latina sigue siendo la fuente de noticias más importantes, para las grandes audiencias y los periódicos, el medio que utilizan las élites y la clase media alta. La convergencia tecnológica de los distintos medios y la reiteración cruzada de la información señala el camino de ese espacio nuevo que se construye en el triángulo indisoluble entre  tecnología, medios e información.
La democracia, para fortalecerse, requiere de un periodismo de calidad que, a su vez, exigen de la investigación seria y, sobre todo, la garantía de independencia total del gobierno en turno. El camino a seguir es claro, pero nada fácil. La crisis económica de los medios, los lleva, a veces aunque no lo quieran, a acuerdo de publicidad con los gobiernos que acotan el margen de independencia.
En el marco de una realidad común, es muy distinta la situación que guarda la relación entre los medios y el poder en cada uno de los países de la región. En este entorno, más complicado en unos países que en otros, “la elaboración de una nueva legislación enfrenta una variedad de problemas, algunos asociados a pesos muertos del pasado, en otros casos a las complejidades del presente”, y el autor añade “no está de más recordar que cualquier legislación deberá orientarse en primer lugar por el objetivo de asegurar la libertad de expresión de los ciudadanos frente al poder del Estado y el poder económico.”

La regulación
El autor plantea de manera puntual y concisa los puntos nodales que debe tener en cuenta la regulación de la acción del sector público y privado.

a)  La regulación del sector público
1. La distribución de concesiones (radio y televisión) exige contar con una agencia reguladora. Sus decisiones estarán sujetas al escrutinio público. La asignación del espectro contempla a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OCS) sin fines de lucro.
2. La autonomía de las emisoras públicas debe estar garantizada. La independencia de cualquier injerencia externa, en particular del Poder Ejecutivo, tiene que estar asegurada.
3. El uso y distribución de la dotación pública para publicidad oficial debe ser transparente y políticamente neutral.
4. El favorecer a ciertos medios, apoyo a pequeñas y medias empresas, debe realizarse de manera universal, transparente y abierta al debate y escrutinio público.
5. La libertad de información incluye la obligación de los gobiernos de informar de sus decisiones, presupuestos y gastos.
6. El acceso público de contenidos debe asegurase, pero al mismo tiempo garantizar que estos no sean “parasitados” por sitios comerciales. La neutralidad de la Red debe también ser una realidad.
b) La regulación del sector privado
1. El combate a la concentración de la propiedad debe orientarse, por reglas claras y universales.
2. La Internet no ha substituido al periodismo profesional asociado a empresas comerciales de comunicación, en particular los periódicos. En el nuevo contexto debe asegurarse la continuidad estos medios. ¿Cómo?
3. El Poder Público debe impulsar políticas que favorezcan un mayor pluralismo, para ellos establecer una política de apoyo universal al surgimiento de nuevos periódicos, con subsidios que disminuyan los costos de entrada en el sector.
4. Es necesaria concientizar a la sociedad para realizar una lectura crítica de toda la información a la que tiene derecho a acceder.

Conclusiones
El autor propone cuatro grandes conclusiones, que en sí mismas ofrecen una ruta de acción a seguir en el tema que ahora nos convoca:
1. En la discusión sobre la regulación de los medios no sólo debe participar la parte directamente interesada, gobierno y medios, sino también toda la sociedad. La academia y los  periodistas tienen papel relevante.
2. Es necesario una investigación más detallada sobre el estado actual y papel del periodismo en cada uno de los países de la región.
3. El impacto de los nuevos medios de comunicación impacta la vida toda y por lo mismo exige repensar el papel del Estado y de las empresas.
4. Los ciudadanos deben ser concientizados, para participar del debate público para que el futuro, en lugar de atropellar, sea resultado de la construcción colectiva.

Un comentario final
El texto de manera sintética y clara, esfuerzo logrado que debe reconocerse, recoge, ordena y sitúa el problema de la regulación de los medios en el marco de la realidad  política y económica de la región y el impacto de la revolución tecnológica sobre los medios y la nueva relación que se establece entre estos y el poder.
La reflexión y el análisis que se ofrece a lo largo del trabajo se enriquecen con datos y ejemplos, siempre pertinentes, que ilustran y aclaran lo que se discute y dimensionan la importancia de los temas expuestos.
El texto de Bernardo Sorj, Medios de comunicación y democracia: Más allá de la confrontación entre gobiernos y empresas, se propone como una guía, para animar la discusión sobre el tema de la regulación, pero también ofrece una orientación clara del camino que se debe seguir, para poder instrumentarla.
Los cuatro temas que se ofrecen en las conclusiones proponen de forma precisa, a la manera de un plan de trabajo, lo que sigue, vuelvo sobre ellos: Impulsar, en cada país, los procesos de construcción o reconstrucción de los mecanismos de regulación de los medios con la participación de las OSC. Es un tema urgente y particularmente difícil. El activismo de la sociedad civil resulta clave.
Hay que impulsar de manera concertada en todos los países de la región una investigación más detallada sobre el estado actual y papel del periodismo en cada uno de los países de la región. El ejercicio del periodismo es muy distinto, por causas diversas, en cada uno de los países de la región. Es una tarea de largo alcance que cobra especial relevancia. Sin el ejercicio de la libertad de expresión y de prensa no existe la democracia.
El papel del Estado, no solo del gobierno, y de las empresas dedicadas a la comunicación debe ser repensado. El impacto de las nuevas tecnologías está cambiando la vida de todos, la manera de aprender, de apropiarse de la información y de valorar el mundo que se vive. Cada uno de estos temas, hay muchos más, es objeto de investigación. Sabemos poco del resultado de ese impacto, aunque somos objeto de él todos los días, y urge conocer más.
La concientización y la alfabetización de los ciudadanos en el uso de las nuevas tecnologías se convierten en propósitos fundamentales de cualquier proyecto educativo. La ciudadanía solo así podrá participar, está llamado a eso, en la construcción de las políticas públicas y contribuir, desde el espacio que le corresponde, a la construcción del presente y el futuro por conquistar.
El texto está muy bien escrito y fluye. Se hace presente un lenguaje directo, preciso y claro, que siempre se agradece, pero todavía más en un texto técnico como este.

Los otros textos
De los textos que dan origen a la síntesis que plantea Sorj seis tratan sobre la relación entre los medios y el poder en América Latina: Transformaciones en el sistema de medios en la Argentina del Siglo XXI,  de Martín Becerra y Guillermo Mastrini; La radiodifusión y la democracia en Brasil, de Eugenio Bucci; El mercado como obstáculo a la libertad de expresión; Laconcentración de la prensa escrita en Chile en la era democrática, de Javier Couso S.;Democracia, información y medios de comunicación y poder político en Colombia, de Doris Réniz Caballero; México: Medios, política y ciudadanos en la hora de la conversión digital, de Raúl Trejo Delarbre; La libertad de expresión en el laberinto democrático de América Latina, de Carlos D. Mesa Gisbert. Dos trabajos tratan sobre temas específicos en Estados Unidos y Europa:La política de Medios en Estado Unidos y la revolución global de la información, de Robert Corn-Revere y Desafíos regulatorios en tiempos de transformación digital: Una mirada sobre publicaciones y editoras europeas, de Christoph Kese

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