Las experiencias de las OSCs que trabajan en red en América Latina
muestra que éstas crecen en conocimiento del sector y sus posibilidades; se
hacen de nueva información y conocimientos sobre los temas de su
especialización.
Por: Rubén Aguilar
Crece el consenso sobre que el trabajo en red constituye una característica distintiva de la acción
desarrollada por las Organizaciones de
la Sociedad Civil (OSCs) y que esta modalidad genera alianzas y sinergias en el
sector, para hacerlo más efectivo y lograr un mayor impacto.
El trabajo en red se entiende como la articulación concertada de las
OSCs que trabajan en torno a un mismo tema con el propósito de sumar esfuerzos
y recursos y así obtener mejores resultados del trabajo si cada OSCs lo hiciera
de manera individual.
Se asume que el trabajo en red, que implica superar posiciones
localistas y sobre todo individualistas, potencia la acción que desarrolla cada
una de las partes que integran la red, que opera como el todo, y crecen las
posibilidades de éxito de lo que se proponen realizar.
Las experiencias de las OSCs que trabajan en red en América Latina
muestra que éstas crecen en conocimiento del sector y sus posibilidades; se
hacen de nueva información y conocimientos sobre los temas de su
especialización; se generan nuevos niveles de exigencia y profesionalismo; actúa como un benchmarking, que permite
ubicarse mejor con relación a los otros; se obtienen mejores resultados y mayor
impacto de los mismos.
El trabajo en red exige, por lo menos, seis grandes requisitos: 1)
Superar el individualismo: Asumir que en la relación con los otros se puede
hacer más y tener mayor visibilidad, influencia e impacto; 2) Compromiso: Estar
presente en toda la dinámica (proceso) y la voluntad de participar hacerla
acción; 3) Confianza: Asumir que los otros buscan lo mismo y no tratan de sacar
ventaja; 4) Compartir: Estar dispuestos a poner en común las experiencias, los
conocimientos; los recursos humanos, materiales y financieros; 5) Apertura:
Reconocer que hay puntos de vista y prácticas distintas a las propias, pero que
todas suman; 6) Construcción común: Asumir no hay cosas hechas y la acción se
diseña en conjunto con los otros.
Las posibilidades de éxito del trabajo en red dependen de la capacidad
que se tenga de responder con mucha claridad a la pregunta: ¿Qué queremos
lograr con el trabajo en red? A partir de esta respuesta, en la que todos deben
coincidir, se construye todo lo que sigue. Sin una respuesta precisa y
consensada no hay posibilidad de avanzar y seguramente se habrá de fracasar.
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