lunes, 29 de abril de 2013

RESBALÓN PRESIDENCIAL

Por: Rubén Aguilar Valenzuela

El presidente Enrique Peña Nieto cometió su primer error de comunicación realmente importante, a sólo días de cumplir cinco meses en el gobierno. Su equivocación tuvo costos políticos evidentes que pudieron tener graves consecuencias para su gobierno y el país, pero que, 10 días después, parecen haberse subsanado.
El presidente del PAN, Gustavo Madero, hizo una denuncia con pruebas contundentes, grabaciones muy claras, que daban cuenta cómo en el Estado de Veracruz funcionarios de las tres órdenes de gobierno pensaban utilizar los programas sociales para comprar o inducir el voto en favor del PRI en las elecciones del próximo julio.
La secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, al conocer la evidencia, reaccionó de manera tímida pero en la línea correcta, y cesó a seis funcionarios. Al día siguiente, el viernes 18 de abril, en la presentación del cuestionado programa contra el hambre, el Presidente tenía el escenario dispuesto para felicitar a la Secretaria por su decisión y pronunciar un discurso de condena a cualquier funcionario que hiciera uso electoral de los programas sociales. El texto a decir era evidente, pero no lo hizo.
El Presiente no sólo desaprovechó ese escenario -tenía todo por ganar-, sino que articuló un discurso en sentido contrario a lo que se exigía. El texto, para el caso de este análisis, fue: “Rosario, no te preocupes. Hay que aguantar (...). Han empezado las descalificaciones de aquellos a quienes ocupa y preocupa la política y las elecciones”.
En términos de comunicación, en el párrafo anterior hay dos errores: el primero, el haber dicho a la Secretaria que no se preocupara y aguantara ante la evidencia de hechos delictivos. Así, el Presidente parecía que protegía y exculpaba a quienes habían sido descubiertos cometiendo una grave falta en el servicio público.
El error se pudo haber quedado ahí, pero el Presidente abrió otro flanco -es la segunda equivocación-, al acusar a la oposición, para el caso al PAN, de que la denuncia la hacía por motivos electorales. El Presidente inició una pelea que no debió haber dado. El dirigente del PAN estaba obligado a la denuncia ante las pruebas del fraude que se estaba tramando.
Los Pinos salió a hacer control de daño tres días después, el lunes 22 de abril, con un discurso del Presidente que se quedó corto ante la gravedad de los hechos y el problema político desatado por sus declaraciones. La posibilidad de minimizar los costos del error era la rápida reacción de la oficina de Comunicación de la Presidencia, pero eso no sucedió.
Fueron los operadores políticos, para el caso, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, quienes operaron el control de daños y luego revirtieron el estado de cosas. Al día de hoy, todo indica que el PAN y el PRD continúan en el Pacto por México. Queda por conocer qué concesiones políticas obtuvieron para seguir en él. A los partidos, al gobierno y la sociedad conviene que el Pacto continúe y saquen adelante los compromisos que dieron lugar al mismo.

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