miércoles, 9 de noviembre de 2011

Guatemala y Nicaragua, nuevos presidentes


El domingo hubo elecciones presidenciales en Guatemala y Nicaragua. No hubo sorpresas y ganaron los que las encuestas indicaban como triunfadores. Los dos nuevos presidentes vienen del ámbito militar.

En Guatemala, en segunda vuelta, ganó el General retirado, Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP), con 54.16% de los votos frente al empresario Manuel Baldizón, del Partido Libertad Democrática Renovada (Líder), que tuvo 45.84% de los sufragios. Los dos representan a sectores conservadores de la sociedad guatemalteca.

El General Pérez Molina asumirá el poder el 14 de enero y gobernará del 2012 al 2016. El Presidente electo participó en la elección del 2008, cuando perdió con el ahora mandatario, Álvaro Colom, con una campaña que sólo giró en torno de la "mano dura".

Ahora, a esta idea añadió temas económicos, políticos y sociales. Baldizón, el perdedor, reconoció la misma noche su derrota y felicitó al ganador, quien pronunció un mensaje en favor de la unidad y el acuerdo nacional.

El proceso se desarrolló sin problema alguno y la autoridad electoral estuvo en condiciones de dar los resultados sólo tres horas después de que la jornada había terminado.

En Nicaragua, el comandante Daniel Ortega se reeligió por tercera vez. La elección fue anticonstitucional, las leyes de ese país prohíben la segunda reelección consecutiva, pero los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, empleados de Ortega, avalaron su candidatura.

La oposición, a pesar del carácter ilegal de la elección, se presentó a ésta. Ortega, del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), obtuvo 64% de los votos, frente a 29% de Fabio Gadea, del Partido Liberal Independiente (PLI) y 6.2% de Arnoldo Alemán, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que ya fue Presidente de la República. Los resultados no han sido aceptados por Gadea.

El comandante Ortega mantiene un alto nivel de simpatía entre la población a partir de un discurso populista de viejo cuño, dádivas sociales y una estructura partidista ampliamente extendida por todo el territorio, que es financiada con recursos "donados" por el gobierno de Venezuela.

Un sector muy amplio, el mayoritario, de los históricos dirigentes sandinistas se separó años atrás del FSLN pero no ha sido capaz de crear una alternativa que haga frente a la maquinaria de Ortega y su grupo, acusado de corrupción, autoritarismo y nepotismo.

Los problemas centrales a los que se enfrenta el nuevo Presidente de Guatemala son la violencia-inseguridad y los elevados niveles de pobreza, y el Presidente de Nicaragua, a la ilegitimidad, la tensión política creciente y los muy altos grados de pobreza.

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