viernes, 18 de noviembre de 2011

Lugar común la muerte

Tomás Eloy Martínez
Editorial Alfaguara
Buenos Aires, 2009
pp. 340


En 1978 cuando se publica la primera edición, el autor vivía en Caracas exiliado de la dictadura Argentina. En 1998 y en 2009 hubo una segunda y tercera edición. A cada una de éstas se añadieron dos nuevos textos. Los artículos de la edición de 1978 fueron publicados en periódicos y revistas de Buenos Aires y Caracas entre 1964 y 1977. Los que se añaden en las siguientes publicaciones se escriben entre 1992 y 2008. La obra se divide en tres partes: Eclipse, Destrucciones y Addenda.


La primera, Eclipse, presenta 14 retratos biográficos de personajes en los días de su muerte. El autor dice de los mismos que “las circunstancias a las que aluden estos fragmentos son veraces; recurrí a fuentes tan dispares como los testimonios personales, las cartas, las estadísticas, los libros de memorias, las noticias de los periódicos y las investigaciones de los historiadores. Pero los sentimientos y atenciones que les deparé componen una realidad que no es la de los hechos sino que corresponde, más bien, a los diversos humores de la escritura. ¿Cómo afirmar sin escrúpulos de conciencia que esa otra realidad no los altera?”.


Los personajes -escritores, artistas y políticos- de los que Eloy Martínez cuenta los días de su muerte son: Juan Domingo Perón; Juan Manuel de las Rosas; Ezequiel Martínez Estrada; José Antonio Ramos Sucre; Vicente Gerbasi; Guillermo Meneses; Saint-John Perse; Martín Buber; Macedonio Fernández; Felisberto Hernández; José Bianco; José Lezama Lima; Manuel Puig y Augusto Roa Bastos.


En Destrucciones, la segunda parte, ofrece un reportaje sobre los muertos y los vivos-muertos de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, escrito en 1965. Y contienen un texto sobre la destrucción-desaparición del barrio La Pastora en Caracas y otro que describe la matanza de indios cuivas en La Rubiera. La tercera parte, Addenda, reúne cuatro trabajos: la traducción al español del poema Sequía de Saint-John Perse que Eloy Martínez hizo con Gloria Alcorta y Perse aprobó; una carta que Felisberto Hernández escribió a la última de sus esposas, Reyna Reyes; un texto biográfico de Jorge Luis Borges sobre Macedonio Fernández y un grupo de testimonios de las víctimas de la bomba atómica.


La escritura de Eloy Martínez se mueve en el límite permanente entre el documento objetivo y la literatura. Es el ir y venir entre la realidad y la ficción. Ese estilo tan propio y original que alcanza la perfección en Santa Evita, pero que ya está presente en estos primeros trabajos. Con respeto y delicadeza, el autor penetra en los momentos íntimos de personas que están al borde de la muerte. Ahí sin nada que la adorne o evada está al desnudo la condición humana; la de grandes personajes y también de las personas sencillas que mueren a consecuencia del terrible ataque nuclear en Hiroshima y Nagasaki.

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