lunes, 13 de agosto de 2012

¿Por qué sólo invalidar parte de la elección?


La demanda de Andrés Manuel López Obrador de invalidar parte de la elección, la que le afecta a él, resulta una petición no sólo incongruente, sino absurda. Si sostiene que la elección es inconstitucional vale para el conjunto y no para un tramo en lo particular.
Habría, pues, que pedir con la misma intensidad la anulación de la votación para senadores y diputados. Si no vale una, tampoco las demás.
Habría también que pedir la anulación de las elecciones a Gobernador, incluso donde ganó la alianza PRD-PT-MC.
El electorado, supuestamente “comprado” por el PRI, no pudo haber votado, en la misma jornada, de manera consciente y libre por senadores, diputados y gobernadores y hacerlo en condición de “manipulado” sólo al votar por Presidente. El argumento no se sostiene. Si López Obrador es congruente, tendría que pedir la anulación de toda la elección y no sólo la presidencial. No se atreve a hacerlo porque sabe que los diputados y senadores electos del PRD-PT-MC no están dispuestos a renunciar a sus nuevos cargos y se rebelarían. Tampoco lo harían los gobernadores.
Él sabe que en ese momento todos los que ahora lo apoyan, ya como senadores y diputados con constancia de ganadores, le darían la espalda y lo dejarían solo. Ellos no están dispuestos a llegar hasta allá en “seguimiento” del candidato derrotado. Es por eso que no pide la anulación de toda la elección. No quiere verse abandonado por sus seguidores y poner en cuestión su candidatura para el 2018. Sabe bien cuáles son los límites en los que se mueve y actúa en la lógica de la racionalidad política, que le permita mantenerse como víctima y líder.
El recuento de los votos reveló que en las urnas no hubo ningún fraude. No lo hubo para diputados y senadores, pero tampoco para gobernadores y Presidente. Si a pesar de la evidencia, López Obrador se mantiene en que hubo fraude, debe solicitar a los diputados y senadores del PRD-PT-MC que renuncien a sus nuevos cargos. Eso sería lo congruente.
Si la elección es fraudulenta lo es de manera integral y ningún Diputado y Senador del PRD-PT-MC, tampoco Gobernador debería asumir su cargo. Si lo hacen, avalan el conjunto de la elección que implica reconocer sus triunfos, pero también el de los demás, incluyendo el del Presidente. Ésa es la realidad.
Los senadores, diputados y gobernadores del PRD-PT-MC están seguros de que ellos ganaron. No tienen ninguna duda de que fue así, incluso los plurinominales. ¿Por qué entonces dudar de que ganó Peña Nieto y perdió López Obrador? Sólo hubo una elección y unos votantes.
López Obrador sabe que no tiene pruebas sólidas, más allá del registro de prácticas perversas que utilizan todos los partidos para llevar a la gente a votar, para “mostrar” que la elección fue inconstitucional, pero está “obligado” por sus aspiraciones presidenciales al 2018 a seguir en su “lucha” y así se mantendrá los próximos seis años.

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